Me levanto temprano, fresco y curado, claro y feliz…

Cuántos correos electrónicos sin revisar en la bandeja de entrada: comentarios, cadenas, alguna carta extraviada entre tanta basura cibernética. Seguro existirá ahí ese escrito que pudo aclarar mejor las cosas, pero que nunca leí. También estarán las felicitaciones por el cumpleaños, las postales navideñas, las advertencias y hasta una amenaza que preferí no leer (sólo el título era atemorizante).

En fin, hoy he intentado borrar, descartar, eliminar, suprimir, desechar… y no he podido. Esas viejas postales –ya vencidas en su mayoría-, tus viejos escritos de amor, mis poemoides reenviados y esas cadenas tontas que devolví, se mezclan con los recuerdos y sentimientos olvidados.

Examino aquél mensaje que estuvimos mandándonos y remandándonos más de veinte veces, aquellos poemas y crónicas que envié para su análisis -nunca respondieron­­­-, mis insinuantes comentarios, las frases y las afiliaciones cibernéticas a determinada página que nunca más revisé.

Cuánto de esto he olvidado, cuánto he evitado, cuánto he ignorado.

Lo borraré todo.

Navidad ¿feliz?

Un chocolate hirviendo que no aplacará en nada el calor que poseo, mientras unas tías gordísimas intentarán hacerme bailar un provocador –y rápido- merengue que mis pies no lograrán acompasar. Un vino de buen precio que hará aflorar el nimio recuerdo de aquel rancio y avinagrado licor sanmarquino.

Y la cena me embriagará, el bullicio logrará sofocar las ansias de leer. Las mil y una noches me desvelarán y recordaré lo que te prometí alguna vez.

Un abrazo, un beso, un saludo navideño. Una copa, un brindis, un sentimiento de soledad. Acabo de ojear a la niña que ha dejado de ser niña. Acabo de reventar esa puta sarta que me quemó el anular.

Navidad, navidad… que perversa forma de engañar, de satirizar a un pobre niño que remotamente nació sin saber para qué o por qué.

NAVIDAD. Y los artificios reventados en el cielo, con la cajetilla vacía, con el sabor amargo de la cerveza, con la camisa desaforada, impregnada de ese tibio olorcillo a pólvora.

Navidad, já.

A filosofofo

Descuida, ya te encontrarás a algún ángel que ha de iluminar tu andar.

Tranquiliza la angustia, lo pesado de una agonía es más liviana cuando miras hacia la luna.

Descubre tus manos amigo mío, construye en ellas y por ellas. Edifica tus mundos agnósticos que paralizan esfinges misteriosas.

No llores por mujeres con sombreros que te ahorcan el amar. Agrieta el miedo, explota las miserias, radicaliza tus encantos de hombre seductor de ideales. Conjuga en futuro.

Vuélvete el dulce y amistoso niño que critica mi falso andar. Reserva esas miradas incendiarias para aquella que te negó la dinamita afectiva, el orgasmo intelectual, los cariños masturbatorios del rojo atardecer.

Revisa tus libros sobre ética, pide nuevamente el dinero prestado, llora en el hombro de ella, persíguela aún, reclama por los caídos y por los que iremos a caer.

Escribe tus paradojas, canta tus sinfonías afónicas, filosonsea, estupidiza al sabio, corrompe al honesto y al malo, descúbrete, libera: existe.

Vivir engañado

En la despedida, el buen Darío suele despedirse con un "ve con Dios". Yo, que no dejo pasar la oportunidad de manifestar el renaciente y efervescente agnosticismo que me embarga por estos tiempos, le recuerdo: "Pero.. si dios no existe".
Él, muchacho bastante listo según lo que mecuentan, me responde: "Justamente por ello, ve con él".



A propósito de su inexistencia.

***

En la penumbra, solo se oyen los murmullos del nocturno y cotidiano rezo. Un padrenuestro calmará las recriminaciones hechas en la jornada que se acaba: descuidos verbales, pensamientos indebidos, maldiciones y agitaciones impropias de un hombre al que las siempre perversas y cercanas tentaciones lo atormentan.

Así aliviará el ánimo. Recordará las buenas acciones y agradecerá las situaciones vividas. Todo con la finalidad de tener en paz el alma, de limpiar la asquerosa mácula con que se recubre el espíritu en su habitual desenvolvimiento humano.

Sólo así podrá dormir tranquila y profundamente. Creyendo que su dios lo ha entendido -y por ende, perdonado-, pensando que la omnipotencia de su creador ha de protegerlo de cualquier mal, idealizando una falsa satisfacción que su todopoderoso ha de sentir por él.

Vivirá engañado.

. . .

De espaldas a la noche.
Pensando en el incierto futuro.
¿Mis ruinas se volverán a reconstruir?

Tu mirada me impide mentirte

Razonamiento absurdo


¿Cuántas veces al caérsete una moneda al suelo, ésta ha caído verticalmente, erecta, rígida al suelo, sin hacer esa inconfundible espiral que te lleva a mover la cabeza, sin emitir ese tintineo estridente?

¿Cuántas veces la moneda, al desprenderse de tus manos, ha dado un largo e interminable viaje, circularmente imperecedero?

¿Cuántas veces la moneda sorteada en el piso te ha hecho seguirla y alcanzarla?


Bastante
peculiar
la
manera
en
que
los
objetos
van
cobrando
vida

Sobre la extraña escritura

Cuando los hombres dejen de escribir se ha de acabar la historia; para ese entonces tendremos que guardar nuestros lápices digitales y soñar con manuscritos memoriales.

Empuñaremos carbones y regresaremos a nuestra edad de piedra; solidificaremos la ignorancia de nuestros padres, nos guareceremos del aire.

Cuando el hombre deje de escribir se terminarán los sueños, las canciones, pero no los poemas.
Ya no importará digitar, teclear o pensar que existe lectura.

Cuando los hombres dejemos de escribir, ya no seremos hombres...

A L.

Te volveré a besar los labios?
He de saborear tu dulce e inestable fragancia?
Recorrerán nuevamente nuestras manos, los sinuosos pasajes que presenta el amor?
Hemos de contemplar la noche?
Olvidaremos el pasado?
Lloraré en tu hombro?
Me derretiré por tus manos?
Lo intentaremos de nuevo?

mujer/hombre/mujer







MUJER, aletargada puta del mañana;

insaciable hembra del suicidio,

¿Inestable será tu delirio?


*



HOMBRE, dulce hombre de vaivén;

dulce escoria del ayer,

dime que camino he de recorrer.



IMPOSIBLENCUENTRO

Este excrito se me ocurrió cuando conversaba con César A. Chumbiauca (http://vagoletrado.blogspot.com) sobre las vicisitudes que se presentan cuando se desea entablar una conversación con determinada fémina que a uno le agrada. Son pues estos párrafos, propios de César, a quién prometí dedicar este excrito que parodia algún encuentro que intenté tener por ahí.


***


Digamos que en esta última semana he estudiado más que en todo el semestre, y aunque este ciclo ha estado cargado de malos catedráticos, que no inspiran ni medio placer intelectual en uno –de esos que te dictan directamente del libro, desfasados de la actualización cognitiva e improvisando sus clases-; hay que admitir que este ha sido mi ciclo de desbando, uno en el cual solo ingresaba a firmar y a cotejar la vergonzosa cátedra de mis maestros, para luego retirarme a leer feliz un pasaje seudoliterario.

En fin, me encontraba yo en la pequeña, reducida, sobria, comprimida y apretujada biblioteca de Letras –“la ratonera” como diría una intensa y apasionada cercana mía-, tratando de entender las dificultades presentadas por el buen Villena y sus problemas de deducción natural en lógica predicativa de primer orden (para aquellos que entienden, me encontraba en los intercambios de cuantificadores; para aquellos que no, no se preocupen en entender); me encontraba pues estudiando y tratando de entender en una noche aquello que se enseñó en todo un ciclo, cuando me percaté de cierta presencia que me observaba. Es curioso saber que uno se siente observado o mirado por alguien, pero se siente, misteriosamente nos damos cuenta que estamos siendo fijados por alguna presencia, por alguna persona.

Era ella, la misma mujer que hace un par de semanas vislumbré con cierta emoción de saber que leía a Borges y su Historia universal de la infamia, entonces sentí cierto recelo de acercarme a preguntarle por el texto, por su autor, por sus gustos y por toda esa parafernalia comunicativa que uno emplea para hacerse conocido, para obtener cierto messenger o determinado número que más tarde te llevaran por caminos nuevos y oscuras rutas que establecerán los designios propios de un amor nocturno o de una repulsión matinal, teniendo también en cuenta la posible resultante de terminar en una amistad vespertina.

No hice nada aquella tarde, solo me limité a contemplarla desde la otra banca del pasillo. Nos miramos un par de veces, con temor, con recelo, ella con cierta –y justificada- desconfianza por un sombrío muchacho de barbas largas y cabello desgreñado, con aires de fumón al paso; y yo desconfiado de que ella desconfiara de mi aspecto. Jugueteamos con la vista y en más de una ocasión ella emitió alguna sonrisa que en mí despertó algunas ovaciones, y por qué no, también algunas inseguridades: tal vez ella se burlaba de mí, espero que no.

Esta vez sería diferente, tan solo unos metros me apartaban de ella; y creí reconocer en su rostro esa mirada de interés que las féminas de dulce rostro, movimiento sigiloso y andar peculiar como ella, emiten. La lógica se me tornó aburrida, el lápiz se gastó, el borrador terminó opacándose. Las hojas de resolución se acabaron y enigmáticamente ella se levantó rumbo a la puerta de la biblioteca, dirigiéndose al patio de Letras… genial, la ocasión se había presentado.

Salí disparado, con el corazón palpitante, con la emoción apoderada de mis manos abrí la puerta, creo que muchos terminaron insultándome cuando la tiré tras de mí… en todo caso, dispénsenme esta alegría.

Grande fue mi sorpresa cuando no sabía donde estaba, maldición, estas cosas se me perdió… busqué por el segundo piso, por el tercero (allí encontré a algunos conocidos en pleno intercambio salival) y cuando me resignaba a creer que se había retirado, extraviado, la encontré: salía de los deteriorados baños de nuestra ilustre Facultad. Me puse firme, aspiré hondo y me encaminé a interceptarla, a concluir lo que la otra vez dejé a medias, total, nada perdía. Pero terminé siendo interceptado por la compañera de estrellitas en el cabello que me reclamaba mi ausencia en cierta reunión, traté de soltarme, de decirle que ya iba a ir, que ya participaría activamente, pero ella insistió e insistió (hay que reconocer el tesón con que entabla una disputa la compañera). Y ella pasó de largo, con una mirada que abatía, como diciendo: imbécil, perdiste la oportunidad.

Regresé ofuscado a la biblioteca, se había perdido la situación más conveniente para hablar. Pero ella seguía estudiando, leyendo separatas, así que decidí esperar otra fugaz e inesperada oportunidad que nos regala este incierto sino.

Una hora y media después seguía allí, impávida, inquebrantable ante las miradas fugaces que compartíamos, yo me encontraba desesperado y algo atormentado por la posibilidad de que la ocasión nunca se presentara. Para aliviar la impaciencia decidí continuar con mi odisea lógica, poco a poco me fui sumergiendo en ese mundo extraño de la interpretación lógico-deductivo, y descubrí –bastante sorprendido- cierto placer en resolver aquellos ejercicios de razonamiento y deducción matemáticos. Incluso llegué a comparar tal afección sentida, con la que se me presenta por determinada novela o cuento. Cosas mías. El punto es que cuando descansé la vista y el pensamiento, y me incliné para mirar a la musa que estaba despertando en mí tantas pasiones, ella ya no estaba. Ni siquiera sus cosas seguían allí, se había ido.

Encabronado por las jugarretas de esta irónica, cachacienta, cáustica, satírica, virulenta y venenosa situación; salí rápidamente del recinto comprimido. La busqué por el patio, por los jardines, en la fotocopiadora y en las bancas, regresé a los baños, fui al segundo piso, al tercero (a esa hora ya no sólo se intercambiaban líquidos salivales) y no estaba, no aparecía… mierda ¿Dónde se había metido?

Salí de la facultad a comprar un par de cigarrillos que ayudarán a resignarme. La noche, una fina garúa que humedecía mis párpados y las personas que van u viene, sin mirar, sin hablar. Una pareja en la esquina abrazándose, un grupo de jóvenes que juegan el póquer. Enciendo el Hamilton mentolado y la vislumbro. Es ella, con su bolso marrón, el cabello mojado, tocándose las manos y enrumbándose a la puerta de salida, a la calle.

Más calmado me acerco, camino por detrás suyo, me aproximo a su lado y por un par de segundos andamos juntos; estoy listo a iniciar la conversa, el diálogo, el tan esperado encuentro que han provocado las miradas y esas medias-sonrisas que emitimos, y que ahora hacen inminente nuestra cercanía.

Y suena su celular, creo distinguir a Mozart distorsionado por la tecnología. Ella me mira –hay que recordar que estamos caminando cerca- y contesta junto a mí: << ¡Aló!, ¿mi amor?>>. Está de más transcribir lo que sigue en este diálogo; yo dejé de andar a su paso, caminé más lento, ella siguió de frente, conversando con su amor.

Y con la esperanza destrozada, con harta rabia por lo tragicómico de la circunstancia, me retiro, enciendo un cigarrillo. Me voy a seguir estudiando lógica.



NUNCA quedas mal con nadie

Cuando aún estaba en la secundaria, cuando ya empezaba a mostrar cierto carácter rebeldón y cuando aún no me enviciaba con Rodríguez, yo era un muchacho intranquilo. Por aquellos tiempos cantaba a Enanitos Verdes, Ruben Blades y Los Prisioneros; todavía no descubría a Guayasamín, a Sosa, ni a Brecth; mis pasatiempos consistían en ir al teatro (donde me encontraba en constantes disputas y molestías emcionales) y afiliarme a algún tipo de chica que conociera por allí.

En fin, por aquellos años, Andrea -la terrible, irreverente, farsesca y anárquica Andrea- me dedicó un canción, esta que acontinuación se las presento.

No sé por qué, pero hoy más que nunca me siento así...



Nunca Quedas Mal Con Nadie
Los Prisioneros


Dime... tu te crees que protestas
Dime... me aseguras que protestas
Dime... tu te crees un rebelde o algo así.

Oye... tu te quejas de la polución
Hablas... sobre la automatización
Dime... tu te crees un juglar moderno o algo así.

Defiendes a la humanidad
Lloras porque el mundo esta muy mal
Criticas a la sociedad
Dices tu que todo debería cambiar
En el escenario folkorizas tu voz,
Muera la ciudad y su contaminación
Con tus lindas melodías,
Y romántica simpatía,
Nunca quedas mal con nadie.

Oye... tu me dices que protestas
Pero... tu postura no molesta
Dime... si tu fin es algo atacar o ganar aplausos.

Tu te quejas de las bombas
Hablas que el planeta se va a acabar
Pero nunca das un nombre,
Tienes miedo a quedar con alguien mal
En las peñas facultades y en la televisión,
Junto a los altezas y conscientes snob
Te crees revolucionario y acusativo,
Pero nunca quedas mal con nadie.

Nunca quedas mal, quedas mal, con nadie
Nunca quedas mal, quedas mal, con nadie

Me aburrió tu postura intelectual
Eres una mala copia de un gringo hippie.
Tu guitarra oye imbécil barbón!
Se vendió al aplauso de los cursis conscientes.
Contradices toda tu protesta famosa
Con tus armonías rebuscadas y hermosas.
Eres un artista, y no un guerrillero,
Pretendes pelear...
Y solo eres un mierda buena onda.

Nunca quedas mal, quedas mal, con nadie
Nunca quedas mal, quedas mal, con nadie

Cómete tu miedo a la bomba de neutrones
Quédate tu poesía y con tus razones.
Córtala con la selva de cemento,
No aguanto tus artísticos lamentos.
Tu bolsito y tu poncho artesanal
Tu postura cursi me cae muy mal
Tu protesta me da igual
Porque nunca quedas mal con nadie


Después de eso, aprendí a quedar mal con todos.

VIDA/JUEGO

- Entonces cuidese.
- Yo no me cuido.
- ¿ Y cómo le hace para seguir viviendo?
- Es que no vivo en serio, sólo juego.
- Espero que no se canse de jugar.
- Yo no me canso de vivir.

Sobre objetos, sustancias y sentimientos perdidos.

Aquí está vuestro litro de esencia y las lágrimas nocturnas de otra especie en extinción: la acompaño en su dolor.

***

Yo he obsequiado hace un tiempo un poco de fe, se lo regalé a una mujer con sombrero, que descubría bajo mis manos ciertas sustancias inasequibles.

Después me regalaron un manojo de llaves, con ellas aprendí la manera de abrir mentiras y de cerrar las verdades más siniestras, las ocultaba de tu presencia, de tu oscura mirada.

Prontamente me encontré una cruz y una concupiscencia, las cosí a mi solapa y anduve con ellas un largo camino, luego las perdí.

Cuando fracasé en el intento de aprender los misterios de la vida, me robé un libro que decía NO HAGAS NADA CON LAS MANOS: no le hice caso; pero en su lectura descubrí a los remotos cantautores que inspiraron -y aspiraron- cierta nostalgia nocturna de los amores cobardes.

Construí entonces unos lentes desde donde observaba desnudos los pensamientos de las personas, los miré sin recelo, excitándome con su despojo mental, palpitando por las instancias sórdidas de su existencia. Destruí los lentes cuando me percaté que ellos también miraban la miserable desnudez que llevaba encima.

Me perdí y perdí todo conmigo.

Hombre Extraño

A propósito de la forma en que se debe ignorar a los hombres extraños.

EL HOMBRE EXTRAÑO
Silvio Rodríguez
(1989)


Era extraño aquel hombre,
o por tal lo tomaron,
porque besaba todo
lo que hallaba a su paso.
Besaba a las personas,
al perro, al mobiliario
y mordía dulcemente
la ventana de un cuarto.

Cuando salía a la calle
le iba besando al barrio
las esquinas, aceras,
portales y mercados,
y en las noches de cine
(también las de teatro)
besaba su butaca
y las de sus costados.

Por estas y otras muchas
los cuerdos lo llevaron
donde nadie lo viera,
donde no recordarlo,
y cuentan que en su celda
besaba sus zapatos,
su catre, sus barrotes,
sus paredes de barro.

Un día sin aviso,
murió aquel hombre extraño
y muy naturalmente
en tierra lo sembraron.
En ese mismo instante,
desde el cielo, los pájaros
descubrieron que al mundo
le habían nacido labios.




Esta es una de las tantas entradas que he de dedicar a mi amigo y hermano B.G., el filóso-fofo, o tal vez un filo-sonso...

"...Y los que vienen no estan para perdonarme mis carencias personales mas bien vienen al concierto de esta noche, esperando lo mejor..."


***

Los catatónicos estados en que nos sumerge esta contemporánea y poluta vida.
Las increíbles maneras que uno encuentra de perfeccionar la mísera costumbre de no hacer.
Los desamores nocturnos, las cobardías y tus palabras de mujer rebelde que se empotran en mis sueños.
El trago barato de una ilusión perdida.
Tus manos purificando mi espalda. Tu olor petrificando la calma.
Y ahora el recuerdo que nos invade y que conquista mis terrenos sentimentales, se apodera de tus ideales, violenta a tus musas, trastorna el breve y húmedo espacio de oscuridad.
Y uno que intenta tocarte, reclamando tal vez el poema olvidado, algún Vallejo, algún Byron; algún tema de amor.
Pero las ansias te reclaman, y aunque te llore en silencio, sabré reponer mis auxilios, sabré recomponer la mirada, aprenderé nuevamente a caminar solo.
Me faltará un abrazo, una cintura en quien cotejar mi angustiosa mano; lamentaré la palabra que se ha ido, el olor evaporado, la calma que huye con tu paso lejano.
Y me levantaré para rezarle una oración al pasado, pero reiré por esta musa llamada futuro de quién me acabo de enamorar.

Túnel

A G. Parra...

Espero poder cavar un profundo túnel, para encontrarte una mañana de Abril.

Intento crear un largo puente que conecte tu mundo de ilusiones, melancolías y libertades; con este mundo tan desvalido.

Crearemos una carretera que solo ambos podamos conocer, estudiaremos viejas separatas, los libros antiguos se han de convertir en nuestro manual del buen amor.

Las matemáticas testificarán este dulce porvenir que se avecina muy pronto.

Solo espera, solo espero.

"...Y este ser anormal estuvo casado con la verdad por mucho tiempo, vivió divorciado del poder, más enviudó de la mediocridad y se mantuvo soltero del aburrimiento..."

"...en el duro camino de su vida, supo curar ciegos de mente, devolvió el habla a los que por cobardes se habían quedado mudos, levantó a muchos inválidos de fe, y los sordos de palabra lo escuchamos..."

Orificios destornillados.

HABRÍA QUE RECORDAR, a los que transitan constantemente por las rutas rabiosas de esta poluta ciudad, lo jodidamente tormentosa que se presenta la carretera limeña: ómnibus que con su estrepitoso claxon casi destrozan los tímpanos, cobradores malhumorados, vendedores que suben y bajan de los carros, escolares haciendo bulla, gente que te estafa el bolsillo y de paso el estómago, universitarios, madres embarazadas que apelan al sentimiento maternal para que te levantes del incómodo asiento en el que tratabas de leer esa puta separata que no entiendes. Gente aplastada, el ladrón que intenta abrirte la mochila y robarte los libros prestados, el celular al que nadie te llama, el mp3 que te ha costado sacrificio etílico, sexual y hasta cultural. Reclamos por sencillos, música a todo volumen y el fétido olor que algunos de nuestros consanguíneos patriotas emitimos y que se agrava más cuando la ventana está cerrada. Todos esperando ser llevados a nuestros destinos.

Abancay. La mejor avenida para entender este cuadro variopinto de tan rimbombante ciudad. Frente a la biblioteca -donde la otra noche asaltaron a un borracho, dos estudiantes estúpidos y un cobarde- tomo el carro que me llevará: EMPRESA DE TRANSPORTES UNIDOS OCHO S.A. (EMTRANSUOSA), difícil sigla para recordar. Apenas subo, percibo la intensa música que no me dejará estudiar: maldita cumbia que se ha puesto de moda y que aún no es desplazada por algún otro ritmo. Examino al cobrador, y trato de ver la posibilidad de engañarlo al mostrarle mi carné militar por el de universitario -que me han robado-, logrando así pagar medio pasaje.

Intento leer. Las cuitas del joven Werther me esquiva. Goethe, tremendo apasionado tu personaje, hasta casi desquiciado, me cuesta concentrarme en la lectura, pero poco a poco, me voy envolviendo en ese fino manto de delirio, me envuelvo y olvido el bullicio;, la música está lejana, los sonidos son mi palpitación y la lectura interna de la obra. Me atrapa y ya no puedo soltarme, me coje cual tenaza, cual furiosa y lasciva mujer que te quiere sólo para ella. Que tierna y que dulce es mi amante Literatura.

"Buenas tardes señoras y señores..." Maldición, dejenme leer en paz. Un hombre casi calvo se presenta la multitud, con ojos cansados, mediana estatura, pobremente vestido, con resentida mirada y voz rasposa -esa que ha sido destrozada por tanto trago que vulnera gargantas-. Muestra dos metálicos, brillantes y curiosos destornilladores de roja empuñadura; los enseña como si fuesen un trofeo de guerra, como si representasen sus laureles y sus medallas de vida. Dice que se los introducirá en los orificio nasales.
Se escucha un gemido de mujer al fondo, producto de las osadas frases del viejo hombre de tan novísimo oficio. No le creo, me parece un estafador, pero no. Indica, de forma bastante pedagógica, la manera en que va a meter los desarmadores en su nariz. "Si se mete hacia arriba sería mortal", explica entusiasmado, mientras el chofer ha bajado el volumen de la cumbia, el silencio se ha apoderado del bus y yo ya me he hipnotizado con el faquir.

Uno en cada lado, los destornilladores se van hundiendo por los orificios que presenta la nariz, hacia abajo, conectando la nariz con la garganta, en ángulo inclinado. Sólo sobresalen los mangos de la herramienta. Una mujer que recién sube al transporte lanza un grito, la gente se ha quedado entre asustada, impresionada y con cierta desconfianza del actuante.
Luego, con los aparatos incrustados aún en la nariz, pasará a pedir la colecta habitual, la colaboración, el sencillo que te sobra, eso que gastarías en otra cosa inservible, pero que él se lo ha ganado. La gente, estupefacta, brinda sus monedas, vacía sus bolsillos, le colabora.

El viejo hombre se baja y un mutismo ha invadido el bus, las señoras tratan de recomenzar su conversa, el chofer sube el volumen de su radio, el cobrador pasa a cobrar los pasajes y logro engañarlo. Todo vuelve a la extraña normalidad.

A la que rotula igual que la segunda ciudad más importante del milenario Egipto...

A veces sucede que las palabras sobran: el silencio no me moleta y a ti tampoco. A veces sucede que las manos miran, huelen y hasta enardecen extrañas sensaciones en nuestra poluta lengua. Sucede raras veces, pero termina sucediendo, que una música intraducible se ve purificada por ese fétido olor de carne descompuesta que emitimos, olor que hace a nuestra alma prisionera presta a escaparse de este cuerpo en descomposición.

Libérate. Que nadie te robe el tiempo en que solías dibujar extraños, hermosos y atrayentes bocetos de vida. Toca. Que nadie profane tus estrellas que tanto trabajo costaron encender. Escucha. Somos una masa que te llama a la batalla, somos todos los que gritamos tu nombre de humedad al amanecer. Siembra. No está permitid caer, te presto mi hombro, mi brazo y mis vellos para que puedas sujetarte.

Ya no basta con inventar tus ojos, ya no basta con hacerlos vivir. “Tus ojos abiertos son tu historia, van solos contando mil cosas de ti”.
Tú tienes flores, así que no necesitas sembrar más en ti, sólo hace falta un poco de gana, de estilo, un limpio pincel que diseñe tus formas, tus esencias. No dejes que nadie más que tú riegue tu jardín, que nadie más que tú abone tus sueños, que nadie más que tú pode tus tormentos.

A veces Paula, hace falta liberarnos de ese no sé qué.

Llamadas Anónimas

Esta es la latra de una cancioncilla de F. Delgadillo, muy buena según mi gusto, pero es mejor la música, así que los invito a que la escuchen: http://es.youtube.com/watch?v=KgbRwVEMVEM&feature=related







Era imposible que supiera
Quién podría llamar
Sonó el teléfono y yo
Levanté el auricular
Y aquella voz acariciante dijo
Escucha no me cortes
Estoy sola y no tengo a nadie
Que quiera hablar conmigo
Y a estas horas...
Yo miré el reloj
Y estaba a punto de colgarle
Pues tenia razón
Pero algo sentí en ese
Tono suplicante que me interesó
¡Qué va! me dije
Interés profesional
Repuse ¡Claro! no tengas cuidado bombón
¿Qué puedo hacer por ti?
y me contestó
Te lo agradezco tanto, ¿sabes?
Siempre sentí necesidad
De decirle esto a alguien
Así que sin querer
Marqué tu numero al azar
Porque tengo la fantasía
Sí, de acariciarte esta noche
Por detrás de las piernas
Y no parar hasta llegar a tus caderas
Y luego desabrochar
Despacio el pantalón
Yo pegué un salto y dije
Corazón, ¿dónde has estado tanto tiempo?
Dime a dónde he de volar para hacer, ¡ahá!
Tu fantasía realidad
Me aseguró que por supuesto
Lo iba a averiguar
Pero antes de besarme el cuello
Me iba a mordisquear
El lóbulo derecho de la oreja
Y yo sentí
Caricias a través
De la bocina para mí
Me comentó que le excitaba
No saber mi nombre cuando
Yo casi le confieso
Pues... me llamo Fernando
Pero en lugar de esto le dije
Yo soy lo que necesitas
Y se rió
Pero antes deja que
Te diga otras cositas
Y me contó con detalle
Como se tendía en la cama
Yo me contuve de arrancarme la pijama
Y comencé a morderme el dorso de la mano
Imaginando como abrasarían sus labios

Hasta allí todo tenía tonos
De una erótica locura
Cuando gritó
Que se lo hiciera entre basura
Y sugerí Dame tus datos nena
Dámelos siquiera, y haremos
Lo que quieras, donde tu prefieras
Y pensé que el caso
Podía requerir toda mi astucia
Pero ella comenzó a decirme cosas sucias
Y a gritarme apasionada
¿Qué era lo que yo iba a hacer?
Yo contesté
Cuando me des tu dirección
Voy a tenderte y a quitarte
Con los dientes toda tu ropa interior...
Pero al pensarlo presa fui
De un arrebato de pasión
Tiré del cable del teléfono
Que se desconectó
Y me hallé jadeante
En medio de la noche y ¡oh...!

Conecté el cable del teléfono
Por ver si estaba allí
Pero la voz dejó lugar
A un tono que reconocí
Como la nota intermitente
De cualquier línea ocupada
Colgué el auricular
Por si otra vez llamaba
Y esperé y esperé mucho
Y todavía espero en las noches
Cambié el cable del teléfono
Y me acoso con reproches
Y cuando me siento solo
Marco un número al azar
Y si contesta una mujer
Siempre comienzo a comentar
Y le digo
¿Qué tal? Por favor no me cortes
Estoy solo y no tengo a nadie
Que quiera hablar conmigo
¡Y es tan tarde!
Pero siempre sentí la necesidad, sí
La necesidad de acariciarte
Por detrás las piernas...

Bueno ¿bueno?
Llamando a torre de control
Bueno, ¿Hay alguien ahí? ¿No?
¿Hay alguien en el mundo
Que quiera hablar conmigo a estas horas?
Tengo algo que contar
Podríamos decir que será algo excitante...


Fernanado Delgadillo (1994)

El evangelio de Alfredo


Hace aproximadamente tres meses, un viejo amigo que anda retándome constantemente, que rehusa otorgarme consejos, que me niega su identidad cibernética y que se burla de mis ineptitudes literarias, de mis poses burguesas y de mis exquisiteces de bohemio de medio pelo, haciéndome entrar en severos conflictos; decía que este viejo amigo, me prestó un libro llamado EL EVANGELIO SEGÚN JESUCRISTO, de José Saramago.

Por los tiempos en que me proporcionó el texto, me comentaba que pocos libros le han impactado tanto, hablaba de esas narraciones que te envuelven, que te desvelan, que te proporcionan cierto adormecimiento de la realidad, a uno le quita las ganas de dormir, de comer, el desperdiciar el tiempo en mundanas actividades y no leer el texto, es casi un sacrilegio, digno de una excomulgación literaria.

En fin, de Saramago yo sólo había leído ENSAYO SOBRE LA CEGUERA (cortesía de Víctor –otro viejo amigo que siempre anda animando mi esperanza-) y TODOS LOS NOMBRES (préstamo que casi se convierte en un robo, si es que Anderson llegaba a olvidar el acuerdo). El primero texto me pareció fabuloso, una polémica alegoría de las conductas políticas que vivimos actualmente, la construcción de sus personajes me resultó magnífica (sobretodo la del maldito ciego -cabecilla de quienes violan y torturan a la féminas protagonistas de la historia- y la de la única mujer que conservó la vista durante toda la epidemia), la forma tan cruda en que narraba los hechos, el formato en que se redacta la historia (sin puntos seguidos, sin parlamentos apartados del párrafo, sin mayúsculas, etc.), entre otras cosas más que ya no recuerdo.

TODOS LOS NOMBRES me pareció un relato tierno, José –único personaje que tiene nombre en toda la trama, contrastando curiosamente con el título de la obra- es un viejo solitario, soñador, esperanzado en una mejor situación laboral, en una esposa digna de amarse. Esta dulzura, esta ingenuidad casi infantil, se verá desentonada bruscamente por los dueños de su vida: su jefe, su abogado, su amante, sus amigos. Un relato fácil, sin mucha complicación sicológica, pero que demuestra la fina e irónica pluma de Saramago para denunciar el accionar de los hombres contemporáneos.

Pero cuando comencé a leer el EVANGELIO… me percaté de que mi aventura literaria me había llevado a otro mundo, mi vago recorrer por el retórico camino de las letras habíame conducido a un texto algo fantástico, contradictorio, libre de prejuicios, con una escritura abominablemente bella, con unos personajes complicadísimos.

A pesar de que la historia es resabida, Saramago logra hacerte un partícipe de esa incertidumbre que todo final de novela te presenta, y es que en esta novela todo puede suceder: encuentras a un Jesús atormentado por tanto muerto en su nombre, a una María Magdalena que descubre los orgasmos con un Cristo casi niño. En esta historia un PASTOR, que es el demonio, le enseña a Jesús los principios elementales de todo elegido; se tienta a dios, dios puede ser catalogado como un convenido, María, la virgen, no es más que un simple acatadora: débil, ensimismada en la crucifixión de su esposo, cobarde, que no cree que su hijo sea el hijo de Dios.

Una historia provocadora, dónde los diálogos se confunden con las narraciones, con los pensamientos, con las intervenciones del autor.

He aquí un par de párrafos del libro que el buen Alfredo me proporcionó:


“…Dios, que está en todas partes, estaba allí, pero, sabiendo lo que es, un puro espíritu, no podía ver cómo la piel de uno tocaba la piel del otro, cómo la carne de él penetró en la carne de ella, creadas una y otra para eso mismo y, probablemente, no se encontraría allí cuando la simiente de José se derramó en el sagrado interior de María, sagrados ambos por ser la fuente y la copa de la vida, en verdad hay cosas que el mismo dios no entiende, aunque las haya creado…”


“…ahora Maria de Magdala le enseñaba, aprende de mi cuerpo, le decía, aprende de tu cuerpo, y él lo tenía ahí su cuerpo, tenso, duro, erecto, y sobre él estaba, desnuda y magnífica. María de Magdala que decía, calma, no te preocupes, no te muevas, déjame a mí, entonces sintió que una parte de su cuerpo, esa, se había hundido en el cuerpo de ella, que un anillo de fuego lo envolvía, yendo y viniendo, que un estremecimiento lo sacudía por dentro, y que de súbito se escapaba gritando, imposible, era él quién gritaba, al mismo tiempo que María, dejaba caer su cuerpo sobre el de él, yendo a beberle en la boca el grito, en un ávido y ansioso beso que desencadenó en el cuerpo de Jesús un segundo e interminable estremecimiento…”


“…El único dios soy yo, yo soy el señor y tu eres mi hijo, morirán miles, cientos de miles de hombres y mujeres, la tierra se llenará de gritos de dolor, de aullidos y de estertores de agonía, el humo de los quemados cubrirá el sol, su grasa rechinará sobre las brasas, el hedor repugnará y todo esto será por mi culpa, no por tu culpa, por tu causa, padre aparta de mí este cáliz, el que tu lo bebas es condición de mi poder y de tu gloria, no quiero esa gloria, pero yo quiero ese poder, (…) entonces el diablo dijo, es necesario ser dios para que le guste tanto la sangre…”


“…Entonces comprendió Jesús que vino traído al engaño como se lleva el cordero al sacrificio, que su vida fue traza desde el principio de los principios para morir así, y, trayéndole la memoria el río de sangre y de sufrimiento que de su lado nacerá e inundará toda la tierra, clamó al cielo abierto donde dios sonreía, hombres, perdonadle, porque él no sabe lo que hace…”


Muchas gracias amigo Alfredo.

tranquilamente besar


A ELI

"...Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos..."

BESOS (Gabriela mistral)



Quiero besarte suavemente, con tranquilidad, sin detenimientos, sin pesar.

Intentando tocar tus labios como si no los conociera, como si jamás los hubiera saboreado, como si mis ansias por saber de ti pudieran más.

Quiero besarte sin saliva, sin que se interrumpa el breve lapso en el que se pierde el sentido, sin intercambiar lenguas, sin rozar las manos.

No importa que sea breve o largo, que sea apurado e intenso, que solo sean instantaneos, pasajeros... yo sólo quiero besarte.

evitar

evitar tus manos
las caricias de ciertos encuentros casuales
la incertidumbre
de reconocerse acompañado por su sombra
huir
de mis debilidades
y
proclamarte una mujer libre

ya no quiero construir
ya no quiero crear
ahora ansío transformar

transformar tus cabellos en sabios cantos del ayer
transformar tu llanto en el rocío dulce del amanecer
transformar mis encantos
tus culpas y las mías
los diamantes que se nos perdieron
y el dinero que malgastamos creyendo que éramos ricos
porque nos quisimos alguna vez

porque en todo el tiempo parafraseado
nunca se vistieron las rosas de tu color
y porque mis labios ya no se resecan al verte
mis asfixias de joven tontamente revolucionario
ya no captan su atención de artista del tiempo

y tus colores se opacan
grises felicidades y melancólicas
mañanas de inexacta precisión.

evitar al sol
a la luna
el calor
evitar tu sexo
evitar sus ruinas
el deseo y el poder
evitar a dios

NOCTURNA DESESPERANZA

La noche parecía prometer. Unos cuantos disgustos, un poco de risa, algunas desilusiones, las frustraciones acostumbradas y algo parecido a la ironía acompasaron los divertimentos. Encuentros inoportunos, dinero fácil, facilidades para satisfacer mutuos placeres, cultura fácil, cigarrillos, trago, brevedad juvenil.

Preservativos en oferta, un sol por botella, los Champion son más baratos, los Durex son más fiables. Música que no me gusta, pero que igual se baila: todo con tal de tenerla frente a ti, de olerle ese fétido aroma de cerveza, humo y perfume viciado. Roces, apegos, abrazos y caricias seudo eróticas que terminaron llevándonos al techo del local, al aire libre es mejor, me dice, yo trato de creerle. Barriles, aullidos y estrellas. Viento frío que usurpa su desnuda espalda. Sudor que resbala de tus pezones, música que armoniza la colisión corpórea, las pieles se mezclan en pleno bullicio.

preámbulo - clímax – inicio – CLÍMAX – final – clímax – colofón

Recojo mi mochila que pesa por tanto libro robado, de tanto libro prestado que trataré de no devolver. Limpieza post-amatoria: papel higiénico, arrojar la protección, acomodo del cierre, enganchar la correa, buscar mi camisa… ¡mierda! Se ha ensuciado con la tierra de este techo, ni vainas, en polo nomás. Ella, por su parte, hace mucho rato que está lista: dulce ventaja de las faldas.

Un cigarrillo regalado y preguntas cotidianas: qué tal los estudios, y qué tal la familia, y la huelga, y la novia, y el novio, ya no tienes, tú tampoco, podríamos vernos más seguido entonces, claro, habría que hacerlo.

Cuando bajamos, ya habían empezado con la celebración criolla: valsecitos, cajones y guitarras contrastaban con ciertas calaveras y calabazas. Jorge ya estaba ebrio y comenzaba con la llorona, una pelea entre desconocidos, y una nueva mujer que se nos une. Se acabaron los cigarrillos, medianoche. Mierda, olvidé llamar a K., acompáñame.

Un maldito teléfono se vuelve inubicable cuando más se le necesita… ¿eso no sería la relatividad del tiempo? cabrón de Einstein. Entre putas, maricas, fumones y ladrones hallamos uno ¿Arriesgamos?, claro Carlitos, mejor le aviso ahora, si no después la voy a cagar. A la mierda, no tenemos nada que perder.

Mujer, no voy a poder ir mañana, espero me dispen… IMBÉCIL. Línea colgada, aurícular sin respuesta, ladrones que se acercan, putas que se ofrecen al menor precio. La cagué, tú siempre la cagas. Un drogo se acerca. Causa, tienes un sol… no tío no tenemos nada. Safa rápido tío.

Volvemos y la Fiesta-Halloween-Criolla ya está en muere, vámonos de aquí.

A caminar por la horrible. Mi profe le dice la puta, la maricona, el mío no dice nada. Cigarros ¿encendedor?, nadie tiene uno, qué pendejos que son, con cigarros y sin encendedor. Señora, buenas ¿Me presta su encendedor un momento, por favor? No joven, ¿Qué? Caramba señora, présteme un ratito nada más, para prender un par de puchitos… No joven, cómpreme algo y le presto… Carajo tía, dale el puto encendedor, egoísta de mierda… Cállate carajo, señora disculpe, es que está borracho… fuera de aquí, borrachos, José, José… Vámonos tío, que seguro está llamando a su macho.

Tres de la mañana, tengo hambre y Abancay está curiosamente tranquila. Sin cigarros y con harta sed. Oe, busca un tono para zamparnos, alguna chingana, nunca faltan… no jodas que tengo hambre y ya me aburrí… tú te aburres de todo, hasta de ti mismo… cállense mierdas, dónde está Carlos… se ha quedado orinando… oe, ese huevón está orinando en la biblioteca. Risas. ¿Qué? ¿No sabían que mi orín era culta? Calla borracho.

Préstame dos lucas para una hamburguesa, tengo hambre… dónde vas a encontrar a esta hora una hamburguesa, además, es la tercera que te vas a comer… en verdad es la cuarta, un pata me invitó una saliendo de la universidad… ¿Y qué dice san marquitos? ¿Sigues tirando piedras o no?... yo no tiro piedras… ¿y las hembritas? ¿Qué tal las hembritas ahí?... en la Villareal no pasa nada, hay algunas, pero son escasas… Sí están en algo… ¿Y ya hiciste algo con alguna o no?, seguro que no porque tu eres más quedado… préstame para la hamburguesa, dos soles nada más, de ahí te pago.

Un auto pasa velozmente, la Abancay se hace eterna. Un cojo se nos acerca: caramelos, chicles… no tío, gracias… causa dame un sol pe´… no tío, estamos más cagados que tú… ya pe´, no seas malo… avanza rápido Carlitos.

Muy tarde para darnos cuenta de que un amigo del cojo ha aparecido: con-cha-de-sus-ma-dres, denme todo lo que tengan… carajo, tío, no te malees… ya carajo, pasa, pasa no más, ya perdieron. Una navaja que apunta, un grito que asusta, un cojo y s amigo frente a dos estudiantes estúpidos, un borracho y un miedoso.

Carajo, te estoy diciendo huevón… ya cállate, que ni siquiera te ha rebuscado bien… qué lechero carajo, y al borracho este… ni cuenta se da… déjalo tirado ahí… estas loco, mi tía me mata… ya vámonos a tu casa, tengo sueño… oe ¿y me prestas las dos lucas?... puta madre, tu estas quemado tío, encima que nos han robado quieres las dos lucas, no te doy nada y no jodas.

Nicolás de Piérola. Pasen causitas, están bonitas, bien limpiecitas ah, ¿se animan?... cuartos con espejos, bien grandes, barato no más… ¿Cuánto?... veinte, te la dejo hasta en quince, pero tu pones los condones… vamos a ver… ja, ja, ja, encima que no tienes plata, te la das de pendejo, de putero, anda compra tu hamburguesa no más… ¿En qué esquina era?... es en la próxima, cuando lleguen no hagan bulla.

Penumbra, silencio, crujidos de puerta vieja. Tío quiero vomitar… corre al baño, carajo, no me vayas a ensuciar el sillón… por huevón… calla mierda, se van a levantar mis viejos… qué hora son… las cuatro y media… oe, feliz halloween… vete al diablo alienado de mierda… feliz día de la canción criolla… vete al carajo nacionalista de mierda.

Carajo, que pendejadas las de esta noche.

Cuestionable MORALIDAD.


A veces creo que la moral está demasiado quebrantada en mí.

La ética que de niño se me inculcó y que cuando joven creía intachable, ha sido desterrada de esta patria infatigable, ha sido apaleada por mis deseos, mis furias, mis mañas.

La vulnerabilidad se muestra recurrente, es bastante fácil hacerme infringir normas, prohibiciones y juramentos.

Mentiras sin remordimiento, infidelidades cuestionables, robos sin pudor, falacias sin honor, manipulación, opresiones, conveniencias... todo ello se junta en cierta capa que me hace pedantemente incuestionable, infatigablemente falso, miserablemente humano.

Me atormentan. Por las noches me pregunto hasta cuando voy a continuar con estas mañas que entorpecen mi andar, con estas caretas que tanto agradan a mi ánimo, con estos deseos incontrolables, con estas necesidades que poco a poco corroen lo último de bondad, de verdad que queda en mí.

Pero me siento bien. A veces descubro que el robo, la mentira o la manipulación endiosan mi estado, fortifican mis fundamentos, establecen cierta cualidad de hacerme y creerme superior a los demás.

En fin... espero que pronto se acabe.

Húmeda Ignorancia

A GOTA,
que humedeció este recóndito espacio de existencia humana:


Estos tiempos son implacablemente extraños, caminamos juntos y separados, fumamos un cigarrillo comunitario, riéndonos de la libertad y proponiendo divagaciones que en sus ojos se volverán conatos de ideas.

Los lamentos ya se han acabado, anoche se empezó a construir, ya no importa definir la libertad; sólo basta una sonrisa, un apretón de manos sinceras, no vacilar en el grito, levantar el brazo izquierdo y reír como un animal en libertad...

Los cantos ya están escritos, las miradas están prestas a anunciar el futuro, tus ojos me avecinan bienestar y mi guitarra se ha vuelto el bastión desde donde podríamos alabar a dioses inexistentes, impronunciables.

Aún con todo, mujer, yo no sé qué se tiene que hacer. No sé si se deba dejar huella o si se tiene que esculpir el plano del futuro; no sé si tenemos que matarnos para poder vivir; yo no sé si podré seguir soportando tus hazañas, si seguiré venerando tu locura, o si terminaré destruyendo mi dolor.

Yo no sé si el camino va a durar mucho o si mañana mismo terminaremos con tanta joda; no sé si tus pinceles se volverán espadas desde donde matarás desesperanzas, llantos y perdiciones.

Yo no sé si tus poemas se intensificarán como hielo presto a quemar, presto a derretirse; no sé si las quejas se volverán justas, no sé si el tiempo ha dejar de jodernos tanto; no sé si el sexo se librará de su madrastra tabú; no sé si podríamos descubrir nuevos colores, nuevos elementos, nuevas vidas.

Yo no sé,
pero aún sin saber,
desconociendo el camino,
me aventuro a seguir...

Te invito a que tú también sigas...

Extrañamente feliz...

"...Y soy feliz, soy un hombre feliz
y quiero que me perdonen,
por este día,
los muertos de mi felicidad..."


Pequeña serenata diurna
(S. R. D.)

***

Hoy me siento extrañamente feliz... Las nostalgias se han ido, los recuerdos malsanos han dejado de virulentar mis posiciones acríticas... en fin, existen hoy ciertos motivos para sentirme alegremente estable.

Será tal vez el canto de la niña, quizás lo provocarán tus ojos terriblemente sinceros, o tal vez sean tus promesas casi cumplidas.

Y a pesar de que el mundo se cae por pedazos, ahora en que los tiempos se han vuelto sombríos; incluso en estos momentos en que los hombres con saco nos quieren robar la lucha pura... yo soy feliz.

NO sé que provoca mi felicidad limitada, no entiendo qué poder sobrenatural ha hecho que esta mañana me sienta con fuerza, con ganas, con ansias de reír, de cantar, de pregonar la felicidad.

Habrá que hacer algo con ella entonces, tendré que mostrarla, enseñarla, compartirla...


Espero puedan comprenderla

Curiosamente madre

La mujer abrió la puerta y encontró semidesnudo a un hombre que le era extraño. Se encontró también a su hija, que trataba de ponerse -con torpes movimientos acrecentados por la vergüenza de quién ha sido descubierto- el negro sostén que yacía en el suelo, no logró enganchar el escurridizo prendedor y las tiras se matuvieron abiertas.

Él, algo avergonzado por la húmeda bragueta abierta, sólo atinó a decir un inservible e inoportuno BUENAS TARDES SEÑORA. La madre enrojeció, pareció que iba a hablar, a decir algún reproche; su gesto evidenciaba que acto seguido gritaría, reclamaría la obsenidad cometida. Probablemente lo más esperado hubiese sido que largara al joven -que aún mantenía la excitación físicamente visible-, que lo insultara y hasta -porqué no- lo golpeara.

Pero no hizo eso, frunció el ceño y, dejando la cartera en el lugar acostumbrado, entró a la cocina. El joven miró a la chica rápidamente, cogió su polo, abotonó el jean y cuando iba a pronunciar el sincero, escapatorio, terminante "mañana hablamos", apareció la madre.

Dejó un paquete de condones en la mesa de centro y cogiendo la cartera, les dijo de lo más natural, sin avergonzarse: "Vuelvo en la noche". Se fue y ellos quedaron sorprendidos.

Los cuerpos de los jóvenes continuaron amándose...

Pentacálogo Sanmarquino: TERCERA PARTE.


TÍTULO TERCERO


El que trata sobre los diarios acontecimientos que se suscitan en el transporte sanmarquino.


Palabras Claves:
cola, burro, administrativos, tiempo, alboroto, lentitud, tardones, aplastados, asientos, mochilas, chofer, griterío, hedor, roces, separatas, espera, transporte.



Artículo Primero:


Durante todo el año –a excepción de los días no laborables por ser feriados, fines de semana o algún acontecimiento excepcional- aquellos que se proclaman auténticos estudiantes de la distinguidísima decana de América, se transportan diariamente en una serie de ómnibus catalogados bajo los distintivos de BURROS.
Es pues una labor valerosa, fastidiosa, que requiere de temple y firmeza en el carácter y en el cuerpo. Viajar en el burro es una proeza física, se tienen que aguantar los golpes sin querer, los roces oscilantes –que también son “sin querer”-, los olores del compañero que no usó desodorante, los del camarada que esta mañana no le alcanzó el tiempo para usar pasta dental. Hay que soportar hora y media de aplastamiento físico y sensorial; hay que sobrellevar el adormecimiento de los miembros y la desfachatez de los administrativos que, no haciendo cola y llegando tarde, van más cómodos que quienes madrugamos para llegar temprano. Es una tarea digna de admirar.


Artículo Segundo:


Los BURROS son autobuses antiguos que, desde distintos puntos de la ciudad, trasladan -cual prole de gallinas que dirigen al terminal- a los estudiantes, desde los paraderos acordados, a la respectiva ciudad universitaria.
Existen esencialmente cuatro “burros” –aunque ciertamente hay más que no se usan por estar “inhabilitados”-, distribuidos de acuerdo a los conos existentes en la poluta Lima: norte, sur, este y oeste. Los horarios en que se emplean –que no son exactamente los que corresponden a las necesidades inmediatas- son:
  • Por las mañanas, desde las 6:40 a.m. (En verdad los estudiantes están allí –para coger un asiento- casi una hora antes).
  • Por las noches, desde las 7:00 p.m. (Aquí es más complicado, ya que la espera estudiantil se inicia con dos horas de anticipación).
  • Adicionalmente, dentro del campus, el burrito se transporta cada quince minutos, recorriendo las diversas áreas –demolidas en su mayoría- de la casa de estudios.


Artículo Tercero:

Sobre la forma en que es abordado matinalmente el burrito.

Se debe advertir que sólo se toma como experiencia máxima la que el autor de este escrito a vivenciado, que es la del como sur, en la cual viaja habitualmente.

Grandísima cantidad de personas anuncian –desde altas horas de la mañana- la presencia del transporte sanmarquino. Maquinalmente, se van formando uno detrás de otro, hasta componer la gran fila que dentro de un momento, intentará penetrar en tan reducido espacio vehicular. Luego, cuando ha transcurrido cerca de media hora desde que el primer avezado llegó (usualmente es un cachimbo) y cuando faltan apenas cinco excesivos y tormentosos minutos para que llegue el transporte ya antes nombrado, llegan los diferenciados administrativos.

Es este el momento de la rabia, la ira contenida, la frustración, la decepción y el desengaño: pobre estudiante que ha llegado temprano, hoy –igual que ayer- no alcanzará asiento. Después de que los administrativos usurpen el lugar que legítimamente le corresponde al sanmarqino, recién se iniciará el ascenso estudiantil. La inmensa cola humana ambicionará –aunque muchas veces fracase en el intento- ingresar en su totalidad al viejo transporte: está de más decir que un ómnibus, cuyo contenido es para ochenta personas –esto contando inclusive a los que van de pie-, pueda albergar ciento veinte. Muchos compañeros se quedaran sin viaje gratis.


Artículo Cuarto:

Una vez adentro, se da inicio a la pluriculturalidad juvenil, peruana, estudiantil, sanmarquina.

Mientras que una joven leerá su separata de teoría exponencial sobre cálculo infinitesimal equivalente, un par de amigos discutirán sobre qué compañera tiene mejores piernas; otras dos practicarán inglés; un adolescente cantará a viva voz su rock estridente, producto de la tecnología auditiva que le compró su papá. Más al fondo habrán quienes discutirán sobre política universitaria, mientras que el compañero de al lado estará durmiéndose en pie; estarán los que memorizan la última clase, los que duermen desgarradamente, aquellos que leen sobre el hombro del compañero y los que se aburren con el trayecto.

Pasada una hora -poco más, poco menos (dependiendo de qué ruta tome el chofer)- se llegará a la ilustrísima San Marcos, decana de América.


Artículo Quinto:

Cuando los miembros están ya adormecidos, cuando la sangre ya no circula por el cuerpo, cuando ya el hedor se ha familiarizado. Las puertas se abrirán y empezará el descenso estudiantil. Poco a poco la masa irá bajando, en determinados puntos del campus el estudiante irá asimilándose al paisaje universitario: unos bajarán corriendo para llegar a desayunar en el comedor, otros irán –también corriendo- a estudiar aquello que no alcanzaron en el bus, algunos se quedarán en el burro dispuestos a realizar todo el recorrido interno, pues necesitan descansar por el trayecto en que estuvieron sin sentarse.


Artículo Sexto:

Se espera que con estos modestos comentarios, el lector pueda entender, asimilar y respetar a todos aquellos héroes que emplean asiduamente el servicio de transporte de la universidad San Marcos. Asimismo, se espera también la poca resignación, la carente paciencia y la falta de tolerancia para los compañeros que usan el burro y que se amilanan ante las imprecaciones impropias e ilegítimas de tan virulentos trabajadores.

Por lo demás, se recomienda tranquilidad, un poco de esperanza y unas cuantas gotas de silente ironía para afrontar tanta cosa curiosa que nos pasa.


**********************



REVÍSESE TAMBIÉN:

Pentacálogo Sanmarquino: INTRODUCCIÓN.

Pentacálogo Sanmarquino: PRIMERA PARTE.

Pentacálogo Sanmarquino: SEGUNDA PARTE.

Obsesiones


Gabriela pregunta sobre mis obsesiones, hasta antes de tu interrogante, no había indagado sobre estas insuficiencias que me hacen un hombre apasionado, instintivamente bueno, un humano extraño...


***

Cuando cumplí la mayoría de edad sentimental (que fue mucho antes de los dieciocho años), me percaté de ciertas inestabilidades que usurpaban el libre fluir de ese pensamiento tan trillado que se materializa en mis actos: sentí soledad, melancolía, energía a punto de estallar, me sentí grandemente pequeño, contradictorio, mentiroso, viviendo de una manera curiosamente humana. Fue exactamente ahí, que me percaté de la obsesión casi enfermiza que poseía, creo que la primera obsesión de la que me percaté, fue la que tuve con ser hombre.
Hablo de un hombre maduro, de un ser distinto. Yo intentaba ser serio, pensante, menos irónico, quería mostrar a los demás que mi edad mental era superior a la suya, quería enseñarles mis dotes, mis ganas, mis formas de actuar hombríamente... pero fracasé en el intento.

Decepcionado, me obsesioné con los placeres propios de mi edad: amistades fraudulentas, mujeres encantadoras, cigarrillos brevísimos, colores, formas, esencias misteriosas, frases divagantes... pero prontamente me aburrí de ellos.

La inestabilidad se convirtió en una forma de obsesión –ésta aún perdura-, pero gracias a ella descubrí otras obsesiones que desenmascararon ciertas caretas mías: teatro, desarrollo, sexo, reclamos, ironías, literaturas, cafés, silencio, dioses, hombres, finales...

Por estos tiempos –insolubles, angustiosos, alegremente melancólicos- ando obsesionado con cierto cantautor cubano, de nombre Silvio; además la otra noche me obsesioné con Saramago, con Rubén Darío, con Guayasamín y con los Hamilton.

Me obsesionan los versos trillados que repito, las viejas canciones que aún canto, las palabras paradójicas que tanto me gustan, las miradas compartidas, los besos en las frentes, el dulce y el amargo.

Me obsesionan los chocolates con maní, los helados de fresa, las manos de mi madre, la convicción de Amérika, la fuerza de la niña en la otra noche, las lágrimas en mi hombro de cierta mujer que me angustia, los cigarrillos, el vino barato sanmarquino.

Me obsesiona el desarrollo, los libros que leo y no entiendo, el futuro incierto, el pesado pasado, las libertades restringidas, el amor compartido, mi amigo Lumier y mi amigo Alfredo, los cuentecillos de Jesús, las palabras de aliento de Allison, las prometedoras frases de Víctor, el estilo de Cottos, la dulzura de ella.

Me obsesionan tus escritos mujer, la forma tan simplificada en que él concibe la vida, mi padre, los odios, las mentiras, la puta hambre. Me obsesiona vivir atormentado, las pesadillas nocturnas que no me abandonan, el cansancio, las cuatro horas de camino, la quinceañera de vestido rojo, zapatos negros, cabello húmedo y corazón roto.

Me obsesionan las complicaciones que me hago, las mariposas que cazaba de niño y que hoy me molestan, mis asesinos, el estúpido que manipuló a Paula, el estúpido que manipuló a María, el estúpido que manipuló a Lorena -ese soy yo-.

Me obsesionan los amantes -a la antigua usanza-, los poenas de verso libre, las conversaciones desahuciadas, mis manos, mi guitarra rota, mis acordes viejos, mi frente y mi camino.


Me obsesiono yo.


¿Qué hace falta para se me entienda?




Siento una extraña sensación de malestar que corroe mis públicas verdades; no quiero obstruirte ni impedirte nada, pero quiero que tú tampoco inhibas esa sensación de creación que siento al oler tus cabellos. Hoy me siento mal y no comprendo el para qué.

Tal vez sea un delirante divagador, a lo mejor será que otra vez he perdido la brújula de esta expedición, probablemente ya han empezado a notarse mis resquebrajadas falencias, mis añejos sentimientos, mis antiguas manos de curador innoble.

Odio, rencor, cual cólera homérica; pasión, descontrol, lanzamientos inequívocos que me pudren las caricias, que me matan los placeres, que me trastornan la lucidez… ¿Esto es libertad? ¿Este aletargamiento es creación? ¿Se puede creer que la noche se nos vuelve día con sólo imaginar?

¿Qué pretenderé ahora? ¿Qué hago con el aburrimiento? ¿Y el lugar que interpreté la otra noche? ¿Y las caricias nocturnas de cierta fémina del pasado? ¿Y las huellas en el pantalón? ¿Y la lengua, los labios, los senos, las costillas, la oscuridad, la belleza?

Tal vez sea mejor equivocarme otra vez… o tal vez no.

Desnutrición...

Respecto a la noche de ayer y sus desplantes, sus discusiones, sus roces, sus revelaciones, su ira, sus intercambios y sus liberaciones...


Los tiempos en que se han hecho las promesas son totalmente distintos a los que hoy asumimos. Tu cuerpo fértil de fémina sedentaria, hoy se me revela poco atrayente, tus senos ya han dejado de ser los mismos, ya no me hablan. Tus manos ya no recuerdan como acariciar el doloroso bálano de amor que alguna vez preparé para ti.

El inconsciente me penetra las entrañas, viola mis propuesta –absurdas en su mayoría- de cierto sistema creacional. Ya no pretenderé ofenderte, anoche me has revelado tus dulces, tristes y sinceros sentimientos, yo no he podido más que decirte mi única verdad llamada liberación.

Dependencias emocionales que hoy atormentan mi nostalgia, falsos sentimientos agotan a mi desencajada alegría, músicas que jamás entendí, fiestas a las que nunca concurrí.
Entonces no me quedará más que jugar con nuestra solitaria farsa, identificar escasos lugares donde escondernos de la gente que pueda ver nuestro sexo, tendré que aliviar a mis ganas con otras instancias, con otros vicios, con otras manos… así será mejor.

No pido disculpas, no exijo explicaciones –tampoco las voy a dar yo-, sólo pido que se recuerde lo que alguna vez dos seres intentaron acordar, lo que en alguna ocasión dos niños dijeron…

Espero que esta nueva ocasión no sea otro intento fallido.

Yo Camino... ¿Tú?

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.


Al andar se hace camino


y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar...


Camus...

A propósito de La Peste, cortesía del político amigo depresivo:
Espero poder devolverte el libro.

***

"En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio."
Albert Camus

A Europa Roja...

YO TE QUIERO LIBRE
Silvio Rodríguez (Cuba) - 1983

Yo te quiero libre,
libre y con amor
libre de la sombra,
pero no del sol.

Yo te quiero libre,
como te viví
libre de otras penas,
y libre de mi.

La libertad tiene alma clara
y solo canta cuando va batiendo alas
vuela y canta, libertad
La libertad nació sin dueño
y yo quien soy para robarle cada sueno

Yo te quiero libre y con buena fe
para que conduzcas tu preciosa sed
Yo te quiero libre, libre de verdad
libre como el sueno de la libertad

La libertad, nació sin dueño
y yo quien soy para robarle cada sueno

Yo te quiero libre como te viví
libre de otras penas, y libre de mi

F r u s t r a c i o n e s

Nosotros somos los literatos frustrados.
Nosotros somos aquellos que le escribimos a la soledad, al amor, a la vida, a las mujeres que nunca nos hicieron caso. Somos los que asesinamos la regla práctica del escritor, somos los que aterramos la poética.
Nosotros somos los que nos colamos en las clases de García Miranda, de Mamani, de Zavaleta, de García Bedoya. Somos los que intentamos redactar, los que enfrentamos la vida con un cigarrillo, un lápiz y un un papel como gran escudo.
Nosotros somos los que pedimos libros prestados, los que buscamos lectores, los que robamos escritos imposibles al mísero bolsillo.
Somos el comunicador melancólico, el musical filósofo, el bibliotecólogo tierno, el amante lingüísta, somos el joven que busca.
Somos también lo bohemio, los que se ríen de los cursos, los infatigables reclamadores de la crítica, de la prosa, del amor.
Somos los que soñamos con nuestros poemoides, los que deliramos con los cuentecillos de Ribeyro, los que devoramos a García Marquez en la secundaria, los que nos enamoramos de una guitarra antes de enamorarnos de una mujer.
Somos los que juegan con la palabra, los que embaucan a los literatos sabios, los que no se cansarán de seguir escribiendo.
Nosotros somos los literatos frustrados.

A mis asesinos...

"...Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal,
porque me mató tan mal,
y seguí cantando..."

COMO LA CIGARRA
María Elena Walsh


Esta noche me ha dado por hacer la lista de lo que tengo que asesinar.
NO es una lista simple, pues veo que en ella hay ciertos personajes, ciertas costumbres o ciertas formas que me pertenecen.
Pero aún con todo, debo matarlos, pues obstruyen mi camino, pues destruyen a los que amo; debo terminar con ellos porque no me dejan vivir, y como la vida es construir y producir, sé que la única forma en que puedo detener a mis asesinos es matandolos con vida...

Debo matar esa irónica forma de concebir el mundo... años ya que me acompaña, que me provoca una risa frívola, sinsentido: ella ha de ser mi primera víctima.
Me debe la muerte aquel idiota que la otra noche descubrí incendiando libros, se la he jurado desde esa vez, apenas lo encuentre, acabaré con su ineptitud.
Debo una asesinato a quién descubrió en mí la sensación del placer, ahora me corrompe, ahora me altera.
Debo la muerte a la molicie terrible que me embarga de vez en cuando: terrible ella se apodera de mí y no respeta ninguna forma sensible.
Mataré prontamente al idiota del imperdible, me la está matando sin darle tiempo a que respire. le está destruyendo sus flores, sus jardines... tendré que volver a sembrarle raíces.
Le he jurado la muerte a quién violó los preceptos de la esperanza, a quién se escudó bajo el disfraz de la libertad, a esa mujer que me engañó la otra noche al mirarme con ojos compasivos.
También debe morir por mis manos el pésimo narrador de cuentos, el estafador de grandes lentes, el mentiroso que jugaba a la verdad, el asesino del azul, el violador del rojo.
Debo matar esa puta forma de concebir el mundo que posees, deseo aniquilar la impureza verde que aniquila mis sentidos. Debo matar el pinche cigarro que destroza mis pulmones.
Hay cierta necesidad de destrozar la mirada del infeliz que te observó esta tarde y matar a la señorita decente que encontré la otra vez -su decencia me afectaba-.
Debo matar esta triste canción de trovador extraño.
Por último ¿Quién soy yo para matar esos seres?

¿Con qué derecho me proclamo asesino?

¿NO será que soy un simple y triste asesinado?

Tal vez deba dejar que me sigan matando...






Pero me rehuso a ello.

Aviso de servico a la comunidad...

Aviso de servicio público:

Se ha extraviado una chalina de lana, color azul, larga, sin ningún detalle adicional.
Se ha perdido con ella, ciertos recuerdo adolescentes, ciertas noches de Abril.
Además, se fueron una esperanza olvidadiza, un cálido abrigo invernal, una franqueza diaria.

Se me ha perdido el calor matinal, el abrigo de madre, las caricias de alguna fémina que olvidé.
Los colores ya no están, la suavidad se me ha fugado y ahora no me queda más que una simple compilación de rencores, soledades; extravagancias dignas de un tipo raro como yo.

En fin... ahora no me queda más que encojer el cuello, disimular el frío, apagar con el aliento el tiritar matinal.
Lamentablemente sólo me queda alzar la nuca al viento, hacerme el desentendido con el frío, soportar a la puta garúa limeña... maldición no me queda más que resignarme a la tristeza fría que me inspira esta existencia sin chalina azul, sin abrigo, sin cuello abrigado.
Si alguien la encuentra, si alguien la ha hallado... pido me la devuelva, pido que me la entregue, exijo su devolución inmediata.
Miren que ya no puedo sonreír, miren que ya no puedo respirar caliente... por favor.
No prometo reconpemsa, tampoco agradecimiento -tal vez un poco-.
Prometo sí, un reconocimiento especial: una salutación optimista para quién pueda devolverme el abrigo, la mañana tibia, la felicidad.

Cuidado...



Cuidado,
andan sueltos furiosos vesánicos que nos quieren destruir el alma.
Cuidado,
existen algunos imbéciles que queman libros y otros –más imbéciles aún-, que no los quieren compartir.
Cuidado con aquellos muertos que nos invitan a quedarnos con ellos.
Con la mierda que quieren que traguemos. Cuidado con los pormenores del amor.
Cuidado con los orgasmos perdidos, las manos púdicas y los labios resecos.
Cuidado con las religiones falsas, con los profetas que anuncian a inexistentes dioses.
Cuidado con los que se acuestan sin sueño, también con los que se levantan sin fe; además tengamos mucho cuidado de aquellos que quieren vendernos los dedos.
Cuidado con las vendas, con las mordazas, con las muletas.
Cuidado con los colores en exceso, con los cigarrillos sin fundamento, con el respirar sin saber por qué.
Cuidado con los que escriben tristes paradojas como ésta.
Cuidado,
de cantar canciones desconocidas, cuídense de amar sin entrega, cuídense de saber mucho.
Cuidado,
de poseer más de lo necesario, de contagiar tristezas, de purificar la raza, cuidado con vanalizar a los hombres.
Cuidado con las miradas libidinosas sin preservativo, con las caricias sin noche, con la alegría sin sol, con el llanto sin pena, con la salvación sin ganas, con la esperanza sin rabia, con los sueños sin manos limpias. Cuídense de tener cuidado.

REVALORACIÓN PÓSTUMA DE LOS CUERPOS...

No tengo más que agregar: la Iliada me ha impactado. El simple narrar, la construcción heroica de sus personajes, la valentía que aquellos seres remotos demostraron... simplemente me ha fascinado.
A continuación, un escrito que -a modo de comentario- dejé en el blog de Gonzalo Espino: http://gonzaloespino.blogspot.com/

***

En la contienda, nada más sagrado para aqueos y troyanos, nada más venerable para estos temibles guerreros, que el cuerpo del compañero caído en batalla.
Dispuestos a todo, estos personajes mitológicos han de luchar por salvaguardar el honor físico que aún conserva su hermano extinto: no importará que su honor padezca agravios, tampoco que hieran su fisonomía; mucho menos que la parca muerte los encuentre y cubra de oscuridad sus valientes ojos.
Todo es necesario para no dejar que el enemigo, ese fiero y espantoso enemigo, ultraje –sabe Zeus para qué despropósitos- el cuerpo del amigo, hermano, padre o hijo. Tampoco se ha de permitir que se le despoje vilmente de sus armas: ellas han de servir para que sus compañeros guerreros lo recuerden como el valiente batallador que fue, como el insigne luchador que mató enemigos sin temor, sin vacilar, sin piedad.
El contrincante ha de querer robar sus armas y vanagloriarse de aquellas, declarando que la misma suerte del muerto ha de corresponder a sus compañeros; intentará sustraer el cuerpo de tan amado hombre, para así emitir falsedades sobre su valentía, sobre su pundonor.
Pero el cuerpo caído debe ser poseído por quienes convivieron con él; debe ser glorificado con pompas dignas de un guerrero, debe ser enterrado por los suyos, llorado por los suyos, recordado por los suyos: pero esto no siempre es así.
Ilustre Patroclo, venerado Sarpedón, valiente Aquiles, aguerrido Héctor… espero que vuestros cuerpos -y los nuestros- sean llorados, venerados, enterrados y recordados por los suyos.

Desahogo

Llora mujer, llora en mi hombro y alivia tu malestar; desenreda tus problemas, desahogate en mí. Desentraña tus pesares, mejora tu mirar, conquista tus tierras y colorea tu existir.
Hoy pretendo ser ese viejo caballero que te enseña a olvidar.
Hoy pretenderé ser como ese viejo fuego al que sules recurrir.
Deseo enseñarte la simplicidad del vuelo. Deseo descubrirte la independencia del cuerpo, de las manos.
Es tan fácil crear colores, es tan simple vivir sin respirar.

Supera esa forma de consumir la vida, recréate libre, baila sobre tus derrotas.
Desenmascara a tus asesinos, puebla tus cabellos de ese olor remoto que tanto inspira.
Ya no necesitas depender más que de tus manos, ya eres libre...
Intenta construir, crear, pintar...
Sé libre.

Lo que seremos...

LO QUE SEREMOS
Susana Padilla

Y al final, sólo nos quedará un rastro de carmín,
unas gotas de lágrimas
y un poquito de fe.
*
Y al final, sólo nos ha de quedar nuestro rastro,
invitando a otros a vivir,
invitándonos.
*
Y al final, quedaremos los que podamos sonreír
en medio de la muerte,
y en plena luz.

EL DESAYUNO

A propósito del ya conocido desempleo, una nota irónica sobre las realidades matutinas de los peruanos. Cortesía de TE-LO-KO-LO-KO.

***

EEUU.

Un Empleado Público abre el refrigerador, saca dos huevos y tocino, prepara su café, desayuna y se va para el trabajo.


INGLATERRA

El Empleado Público abre el refrigerador, saca dos huevos, los hierve 3 minutos, hace el té, desayuna y se va para el trabajo.


PERÚ

El Empleado Público abre el refrigerador (no hay luz), se rasca los huevos, se toma un vaso de agua del balde, no desayuna y se regresa a la cama... porque no tiene trabajo.

Permiso para conquistar.

Permíteme conquistar tu nación,
con mis viejos potros,
con mis viejas manos de labrador salvaje.
Permíteme desarrollar a tu pueblo,
a tu niño,
a tu soledad.
Hoy quiero cantarte romanzas de arcaicos trovadores.
Hoy he sentido la necesidad de domar ese unicornio azul que tanto amas.
Tan simple como la naturaleza, tan verde, tan rojo.
Mis ideales se han muerto al reconocerse vagos,
mis vendas han caído cuando encendiste la luz,
el hielo ya está derretido,
el fuego ya se calmó.
Tan solo me queda tu nombre,
el de esa pequeña mujer que me miraba con odio,
el de aquél hombre que no sabía qué hacer.
Tu presencia me cautiva, enardece, se funde con esa patria tuya que es libertad.
Con esas pinturas desnudas de hombres invisibles.
Con esos labios puros que gritan coraje.
Permíteme conquistar tus tierras, tus sueños, tus ideales.
Permíteme conquistar tu continente.

Pentacálogo Sanmarquino: SEGUNDA PARTE.

TÍTULO SEGUNDO

El que trata sobre las prácticas y teorías culinarias en el comedor sanmarquino.


Palabras Claves: cuchara, charola, arroz, comité de comensales, agua, lona, servilleta, carnés, sillas, mesas sucias, bullicio, camaradería, estudiante, comensal.


Artículo Primero:

Aquel que digna llamarse estudiante sanmarquino, deberá nutrirse diariamente –en todos los horarios, o en su defecto, en la mayoría de ellos- en el distinguido comedor del recinto estudiantil.
El comedor de San Marcos, que consta de tres momentos esenciales: el desayuno, el almuerzo y la cena, no es un restaurante de cinco tenedores, tampoco es la comida casera que las amorosas madres brindan a sus hijos. El alimento que se imparte aquí es uno de las más inapetentes suministros nutricionales que cualquier estudiante pueda recibir. Aún con todo, siendo lo único que tenemos para comer, nos lo tragamos como manjares divinos.


Artículo Segundo:

El alimento diario es servido en una charola, este objeto metálico alberga, en seis prominentes espacios, la diversidad nutricional que la universidad –con su reducido presupuesto- brinda a los estudiantes. Es recurrente que por motivos extranutricionales, todo el alimento termine mezclándose en esta dura bandeja. Algunos de estos motivos, se basan en principios como la molestia del que está sirviendo la comida, la falta de sopa –en estos casos se le adiciona agua al consomé-, la humedad de la charolas –es necesario tener algún material con que secar el platillo-; entre otras más, que en los artículos siguientes se intentarán nombrar.


Artículo Tercero:

Para deleitar los finos manjares del comedor sanmarquino, es necesario asistir con anterioridad a la fecha expuesta para el consumo de estos mismos. Para el desayuno, el horario fijado es de 7:30 a.m.; sin embargo, los entusiastas estudiantes están allí desde una hora antes o más. Esto se repite en los tres horarios de sustento alimenticio. En el almuerzo, hay que estar antes del mediodía si es que uno desea recibir refresco, sopa sin agua, fruta no aplastada o charolas sin restos de comida; por lo general, aquellos tristes feligreses que no alcanzan la hora determinada, padecen comiendo la parte más profunda de la olla de arroz: concolón; además, no alcanzan presas y, como ya le ha pasado al redactor del presente escrito, sólo les queda alimentarse de sopa.


Artículo Cuarto:

Este artículo está fijado a describir los personajes representativos del comedor estudiantil anteriormente citado:

a) El primero de ellos tiene nombre de superhéroe, y aunque no lo es, su labor –que es la de dar vueltas innumerables veces al comedor- merece un reconocimiento especial, me refiero a Cucharamán; aquél que –bajo un precio módico, como para el bolsillo sanmarquino- ofrece, en sus distintas modalidades, diversidad de cucharas plásticas, a sólo diez humildes, simples y estudiantiles centavos. Hay que advertir que, si bien es cierto, la designación es particular, única, la labor es representada por diversos compañeros. Como sucede en la mayoría de casos superheroicos, el héroe presenta su acompañante; en este caso, junto al fiel Cucharamán, acompaña la labor de venta y masificación de cucharitas plásticas Cucaharagirl, que al igual que su acompañante, desempeñan la grandiosa labor de que ningún estudiante sanmarquino carezca de cucharas.

b) Otro de los personajes representativos del comedor, son los contadores de cola; la mayoría compañeros del Comité de Comensales (especie de dirigencia máxima de estudiantes, que velan por el bienestar alimenticio de la población estudiantil); son los encargados de enumerar a todos los partícipes de la comilona diaria. También se encargan de sacar a los zampones y colones, que obstruyen el libre fluir de esta actividad.

c) Los verificadores de carnés, un par de jóvenes, que con sus computadoras lentium 1, contabilizan la porción de comida que queda; lógicamente, este conteo es inexacto, ya que casi siempre sobra comida de más. Cumple una labor muy importante el verificador de carnés, ya que es supervisor de que en el último tramo de la fila –el más apretado de todo el trayecto-, no se interponga ningún elemento sospechoso.

d) Se adiciona además, personajes tales como: el repartidor de volantes (que casi siempre son de reclamo), las señoras y señores que lanzan la comida en las charolas (casi siempre andan molestos), los limpiadores del comedor (pobres estudiantes que sufren limpiando las inmundicias que sus compañeros dejan).


Artículo Quinto:

Sobre el lugar en que, por estos tiempos, funciona el comedor. Es la explanada frente a las facultades de Ingeniería Química, Matemáticas e Ingeniería Biológica, la que soporta actualmente la carpa donde nos alimentamos a diario. Con lona de color negro –aunque su verdadero color fue azul, sólo que el tiempo, la suciedad y las bombas lacrimógenas la ensombrecieron-, cortinas plomas –que en un inicio fueron impecablemente blancas-, rodeado de polvo y con hartos restos de comida; el espacio en que hoy en día nos alimentamos, no nos pertenece. Sucede que el área original, en donde siempre fue el comedor, está en reconstrucción (la cual, por cierto, presenta problemas económicos, que impiden su edificación); motivo por el cual, estamos alimentándonos en un comedor provisional.
Finalmente, mientras se espera la finalización de las obras –que, si bien se tiene entendido, andan paralizadas-, a los vehementes comensales, no nos que da más que pacificar la espera.


Artículo Sexto:

El comedor universitario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, presenta ciertas disposiciones adicionales y alternativas, las cuales se consideran a continuación:

1. Cada determinado tiempo, que usualmente se da a mediados y finales del año, se reparte un convite, titulado Comida Especial, el cual consta de ciertos nutrimentos extraordinarios al paladar sanmarquino. Si se desea saber más al respecto, consúltese la siguiente dirección:
http://vagoletrado.blogspot.com/2008/08/men-especial-en-el-comedor-de-san.html

2. Se le adiciona al ágape, entretenimiento variado. Muchas veces se acompaña la comilona con videos culturales proyectados en la televisión y el dvd sanmarquinos, comprados con la
benevolente venta de cucharillas.

3. Hay cierta habilidad de los estudiantes que asisten asiduamente a nutrirse en comedor estudiantil. Esta habilidad, se demuestra en la sagacidad para sortear los vericuetos, los caminos y las trampas que los propios compañeros –con sus mochilas, con las sillas o con su misma persona- presentan al estudiante que, mismo malabarista en pleno equilibrio, conduce su charola hacia el lugar seleccionado previamente. La habilidad mencionada, también se demuestra en la búsqueda de sillas y mesas; que es otra odisea estudiantil.

4. El recinto comensal, es utilizado por los estudiantes, como un espacio de diversas faenas -aparte de las alimenticias-. Por las mañanas, cuando aún el almuerzo no se sirve y cuando el desayuno ya ha saciado al hambre sanmarquina, el comedor se convierte en un espacio de estudio, allí diversos estudiantes toman nota, procesan, estudian, o -en el peor de los casos-memorizan las lecciones impartidas por los catedráticos; esta misma actividad es de asidua difusión por las tardes. Asimismo, por las noches, el comedor se vuelve un lugar de ensayo; en él se pueden escuchar -desde diversos puntos de la universidad- a las quenas y zampoñas de los Sicuris, que -bajo la penumbra- ensayan sus cánticos yaravíes, danzantes, melancólicos.


Artículo Séptimo:

Hasta aquí, algunos de las tantas características encontradas en el comedor sanmarquino. El redactor de este escrito, se dispensa de ante mano por todas las omisiones cometidas en él. Asimismo, pide seriedad, locura e ironía, para poder afrontar la alimentación diaria en tan digno palacio para la estudiantina.