I
Con ominosos secretos que nadie enseñó y que descubrí en tardes de molicie,
Y libres imitaciones eruditas que en mis superficies mentales se empotraron,
concluí una simplista noción:
Verdades sectarias, cantos desmitificados, negaciones risibles…
Soledad social acompañada de indiferente dolor y exilio intelectual.
Estos versos frívolos, dan una sensación de saludable insana,
provocan en mí la maniaca tara de avanzar la nada.
Fue cuando descubrí que la expedición estaba presta a marchar…
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