Permíteme -una vez más- pregonarte.

Para José Donoso, alias "Lumiere": porque inspiras estos simples y torpes versoides.

Y la luna se hizo pasar por sol y decidió iluminarlo todo...


Pero nunca iluminó nuestras mentes, ellas siempre se escondieron del pensar.
Pero nunca iluminó nuestro andar, que siempre fue evasivo.
Pero nunca iluminó mi ser, ese despilfarro de vida.
Pero nunca iluminó tu ser, esa incuestionable razón.
Pero nunca iluminó la historia, la humanidad, la esperanza.
Pero nunca iluminó la verdad, las paradojas, la sabiduría.
¿Finalmente que iluminó?

Iluminó la noche y con ella la ficción; también mi mujer de escasos tiempos; los rezagos de amor en espadas guardadas; mi taza de café; la navaja de afeitar; mi brazo izuierdo y el color azul de los ojos de aquella mujer que encontró su patria desolada.
Iluminó mis ansias de comer libros, de entretener pequeños desolados momentos de amar.
Iluminó la vida del viejo que se quedó sin hijos, sin árbol y sin libro.
Iluminó las alas de ángeles que nunca he podido mutar, las manos sensibles que perdí siglos atrás, mi reloj de arena que vendí a cambio de un trozo de pan.

La luna, que se ha hecho pasar por el sol, ha iluminado este remoto espacio y con él, me ha iluminado a mí.

Te debo agradecer por ello.

6 comentarios:

halfing dijo...

tan iluminados, extasiados, personajes que van a rondar por estos lares, quizas no sea la mejor forma de decirlo pero la constancia inspiradora que que te lleva a escribrlo es totalmente agradable, a lo mejor resumible por la afinidad iluminadora que hay entre los dos.
No se, a lo mejor sea demasiado pronto, demasiado lejos, pero es totalmente gratificante para la persona referida; vera ud. que la importancia de pequeños escritos son grandes forjadores de vida.
:)
bye...hasta alguna vez. Cuando aquellos rayos iluminadores me logre alcanzar.

Nadies dijo...

Y ¿a donde se fueron las estrellas?

Rosa de Lima dijo...

tu comentario me alegro el dia que estaba siendo bastante desagradable. Muchas gracias en serio!!!!!! que digan cosas buenas de uno, sin conocerlo personalmente y solo por como escribe me hizo sentirme taaan orgullosa de mi misma.. jaajaja y espero que sigas pasando, yo por mi parte (como soy = bastante adicta a los blogs) leere el tuyo. un beso grande!!

halfing dijo...

que silencio...
...que silencio

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Oh esta remto pedazo de locura llamado internet, este sueño frsutrado de nombre blog.
ES cierto HALFING, no sé si sea la afinidad que existe o la constancia creadora... yo creo que son las dos.

Pero tengo que aclarar que las estrellas no se han ido, simplemente porque las estrellas no existen; ya no hay personajes sobresalientes que marcan un momento en la historia... eso se acabó; ahora solo hay un firmamento indisoluble de verdad, de esperanza, de futuro.

Santa Rosa de Lima; diosa que emana rayos de grandeza. ME alegra saber que puedo colaborar en algo, a aliviarte el día. Espero verte más seguido por aquí, ya que yo ya estoy leyendo todo tu historial habido y por haber, en ese lindo espacio tuyo.

El silencio es intrigador, motiva cierto miedo; pero es fascinante, dulce desdén que aguarda un inesperado final.
El silencio es tuyo Halfing.

Gracias a todos por su visita.

José Arroyo dijo...

Personalmente, creo que nuestras mentes, nuestro andar, tu ser y mi ser, también han sido iluminados. Quizás no siempre, pero sí cada vez que la luna se disfrazaba.

La historia, la humanidad (al menos la gran mayoría, la gran masa) y las paradojas, ellas son las que se escondían.

La esperanza, la verdad y la sabiduría no necesitan de la luna, ni del sol siquiera, pues brillan con luz propia.

Por otro lado, y en esto coincido contigo, las noches han sido iluminadas y con ellas la mitad de nuestros días, los momentos de ficción, las realidades de ensueño, los días de aquellos que vivimos en el ático. Es como si te animaras a abrir una ventana para disfrutar del aire fresco. Es por eso que no quise ser iluminado por el sol, porque con el sol me siento alegre, mas con la luna puedo estar triste pero feliz en mi tristeza.

Las estrellas siempre han sido cómplices de la luna, y cuando ésta se disfraza, ellas se ocultan tras los matorrales.

Que la luna entonces ilumine una y mil veces estos remotos espacios de mutua afinidad y nos deje perplejos ante tan bello espectáculo, a ti, a mí, a los que tienen días grises, a los que piden azúcar para tomarse el día, a quienes quieren aprender a volar entre tanta gente de pie, a los que el tiempo les consume los tesoros mejor guardados, a los que sienten que algo se va apolillando, a los que quieren salir, a las santas y a las no tan santas.

Gracias por escribir lo que escribiste. Como bien dice Halfing, es totalmente gratificante encontrar cosas así, sobretodo si se trata de milenarios amigos, como en este caso.