Hombre Extraño...

CAMBIOS DE NOMBRE

"...A los amantes de las bellas letras
Hago llegar mis mejores deseos
Voy a cambiar de nombre a algunas cosas.
Mi posición es ésta:
El poeta no cumple su palabra
Si no cambia los nombres de las cosas..."

De: Versos de Salón, Nicanor Parra.


Y como bien ya ha dicho el poeta, por estos tiempos es imprescindible cambiarle el nombre a todo aquello con que nos relacionamos; es necesario modular el significado de los entes que apreciamos; es vital, llamar a todo con un nuevo nombre...

A partir de hoy, mis ojos dejaron de llamarse ojos: desde este momento, exijo que se les llame futuro.
Hoy mios manos ya no serán llamadas manos: llaméseles acordes.
Los pies, esos incipientes compañeros de dulce andar, se llamarán camino.
Los sentidos, tomarán como significante a la palabra traición.
Hoy, Allison ya no se llama Allison, se llama vida. Hoy, Lumiere, ya no se llama Lumiere, se llama milenio. Hoy Halfing, deja ese nombre para convertirse en misterio. Víctor, se llamará inconformidad. Lizbeth, libertad.

Dios ha dejado ese superfluo nombre: ahora se llama mujer.
Mujer ha dejado ese complejo nombre: ahora la nombraré presente.
El arte se llama liberación; razón es igual a despertar; música será sentidos; llanto, lavado de alma; alegría, alimento espiritual.

Quede claro pues, que cada uno deberá renombrar las cosas que creemos ya dichas...
Quede claro también, que maldad se llama inocencia; virtud, paciencia; y placer, simple vaguedad.
Adiciónece a esta paciente lista, los nuevos nombres de rezar, poesía, divagación: inutilidad, rareza y existencia, respectivamente.
Finalmente, hoy he dejado de llamarme extrañado, mi existencia ha dejado de escribir nostálgicos remedos de poesía; mi ser ya no se llama humano, ni siquiera Oswaldo...


Desde este momento me llamo HOMBRE EXTRAÑO...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Para el hombre extraño: aquel ser que se olvidó de caminar por detenerse a contemplar unas mariposas...

“(…) Y tú apareces en mi ventana suave y pequeña con alas blancas
Yo ni respiro para que duermas y no te vayas

Qué maneras más curiosas de recordar tiene uno
Que maneras más curiosas hoy recuerdo mariposas
Que ayer solo fueron humo
Mariposas mariposas que emergieron de lo oscuro
Bailarinas silenciosas
tu tiempo es ahora una mariposa
Navecita Blanca, delicada, nerviosa
Siglos atrás inundaron un segundo
Debajo del cielo encima del mundo

(…)
Hay mariposa tu eres el alma de los guerreros que aman y cantan
Eres el nuevo ser que se asoma por mi garganta…”
(Silvio R.)



Azul B.
(definiciones sin conceptos)

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Ah Silvio...

Recuerdo que conocí a Silvio en aquel extraño lugar llamado teatro; entre volantines, máscaras y personajes; entre mujeres, cigarrillos y telones.

Al final de este viaje, Ojalá, Te doy una canción, La era está pariendo un corazón... Son tantas las canciones que me cautivan, son tantas las letras que me hacen pensar, críticar, vivir.

Le debo a esa música gran parte de mi existencia.

Muchas gracias Azul B., por recordarme a ese otro HOMBRE EXTRAÑO.

X e n d r a dijo...

Y el viento será la pena del sol, la razón se perderá como se pierde el vino después de un par de acordes primitivos, el papel no más papel… perderá complicidad y las palabras se esconderán entre ellas mismas tratando de ocultar hasta la última gota de ceniza que mis ojos ocultan mientras me muestro, por completo, al viento.

Un gusto Hombre Extrañado.

Oswaldo Bolo Varela dijo...

El gusto es mío hombre diluído...

Pero también es de Halfing, de Tercer distante y de Azul B.; también lo es de Guiselle, de Luis, del anónimo de ayer y el de hoy.

ES además, de el niño que lloraba desconsoladamente esta tarde, de aquella señora que no sabe qué cocinar hoy, de aquel profesor que repite metódicamente su parafernalia educativa; es de Alejandro, de Elba y de esa mujer que nos vendió el trago.

¿De quién más es el gusto?

José Arroyo dijo...

Tienes toda la razón al decir que es necesario modular el significado de los entes que apreciamos: las señales a veces vienen como ondas caóticas, confusas y enredadas; es menester de cada uno el modularlas, sintonizarlas, no eliminarlas ni bloquearlas, sino acomodarlas, utilizar un filtro, limpiar el ruido y así, obtener la esencia de los hombres y las cosas. Son tus ojos pues, cristales que transforman el presente en esperanza y la esperanza en futuro y hacia allá te diriges; y todos los citados: la inconformidad, el misterio, el milenio, la vida, el camino, el presente, todos, de alguna u otra forma, formamos parte de aquella compleja estructura que vas construyendo en el camino hacia la vida misma, y es que como dijo aquel sabio anciano al que conocimos con un poco de imaginación, gracias a la historia de Alejandro, "la vida tiene forma de mujer".

Agradezco lo de milenio. Espero sea algo metafórico y no algo biológico.

Mucho gusto, hombre extraño.

Oswaldo Bolo Varela dijo...

El gusto es mío, milenario experto.

Mr. Hyde dijo...

veamos...

dices que musica es sentidos
todos sabemos que musica es arte
dices que arte es liberacion
entonces, los sentidos son liberacion
pero dices que los sentidos son traicion
por lo tanto segun tu, la traicion es liberacion

acabo de probar que detras de tus palabras se esconde un hombre realmente perverso

me gusta eso

no eres extraño, eres perverso, quizas un poco confundido, eso es todo

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Oh, Hyde... cuán confundido estás al confundir mis poemas ya confundidos... todo esto es muy confuso.
***
La música es sentidos. No es arte: el arte no existe -justamente por esto es liberación-. Existen artistas, materializadores de ideas rémotas.

Los sentidos son traicioneros, he allí su esencia musical: ESQUIVA, IRÓNICA, PASIVAMENTE DISCRIMINATORIA.

NO SOY PERVERSO. Soy humano, no soy un desdoblamiento de la personalidad; soy yo mismo, no soy una desviación sicopatológica. Soy un hombre; un hombre que se extraña con el amanecer y con los cantos de niñas desvirgadas. Que se extraña con
el llanto de un viejo y se emborracha con elixires abandonados.

No soy un hombre perverso. Soy un hombre perversamente extraño