Permiso para conquistar.

Permíteme conquistar tu nación,
con mis viejos potros,
con mis viejas manos de labrador salvaje.
Permíteme desarrollar a tu pueblo,
a tu niño,
a tu soledad.
Hoy quiero cantarte romanzas de arcaicos trovadores.
Hoy he sentido la necesidad de domar ese unicornio azul que tanto amas.
Tan simple como la naturaleza, tan verde, tan rojo.
Mis ideales se han muerto al reconocerse vagos,
mis vendas han caído cuando encendiste la luz,
el hielo ya está derretido,
el fuego ya se calmó.
Tan solo me queda tu nombre,
el de esa pequeña mujer que me miraba con odio,
el de aquél hombre que no sabía qué hacer.
Tu presencia me cautiva, enardece, se funde con esa patria tuya que es libertad.
Con esas pinturas desnudas de hombres invisibles.
Con esos labios puros que gritan coraje.
Permíteme conquistar tus tierras, tus sueños, tus ideales.
Permíteme conquistar tu continente.

6 comentarios:

Cesar Antonio Chumbiauca dijo...

Desorrollar su soledad, cantarle temas de arcaicos trovadores, conquistarla... ¡Qué buen poema!... Levanta los ánimos para seguir queriéndola, aunque no se deje querer.

Anónimo dijo...

veo q encontraste compañia ..........................chau(labz)

sut'uch dijo...

eso me suena...
...si suena.

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Ja, ja, ja.

La compañía siempre ha estado, lo que por estos tiempos busco es soledad...

=) dijo...

¿Tiene ahora la soledad necesaria, hombre extraño?

Oswaldo Bolo dijo...

AHORA TENGO UNA SOLEDAD COMPARTIDA...