Relato DOS.

En la oscuridad total, los objetos se tornan en formas disímiles, poco fáciles de precisar. Probablemente abandonan la paradójica forma que siempre los acompaña y -sin ningún testigo para presenciarlo- crean las figuras más intrigantes, representan los signos jamás descifrables y originan los cuerpos que de ningún modo ha captado vista humana.
Un inexistencial espacio de incolora presencia es la remota oscuridad. Un lugar sin certeza, inexactamente palpable, imposiblemente visible.

2 comentarios:

Nadies dijo...

¿No tenías a la mano una linterna?
¿Un fosforito, una velita?

Oswaldo Bolo Varela dijo...

NO, no tenía siquiera una pequeña luz para iluminar tan sombrío lugar.