Nuevamente un decálogo...

Nuevamente traspaso aquí algunas "normativas" -preferiría llamarlas sugerencias- del gran Ribeyro, dedicado exclusivamente a quienes nos aventuramos (no sé porqué me incluyo) por el sendero secreto, oculto, cuasi intrincado y algo imprevisible de la creación de cuentos.

Esta vez se le debe el agradecimiento al innato creador irónico, Epidemor (SANGRE Y CENIZA), quién en el post anterior a este, sugirió la idea... 

Disfruténlo y por supuesto, como el mismo Ribeyro escribe después de este decálogo, transgredanlo, o mejor aún creen el suyo propio.


DECÁLOGO PARA CUENTISTAS 
Julio Ramón Ribeyro


1. El cuento debe contar una historia. No hay cuento sin historia. El cuento se ha hecho para que el lector a su vez pueda contarlo.

2. La historia del cuento puede ser real o inventada. Si es real debe parecer inventada y si es inventada real.

3. El cuento debe ser de preferencia breve, de modo que pueda leerse de un tirón.

4. La historia contada por el cuento debe entretener, conmover, intrigar o sorprender, si todo ello junto mejor. Si no logra ninguno de estos efectos no existe como cuento.

5. El estilo del cuento debe ser directo, sencillo, sin ornamentos ni digresiones. Dejemos eso para la poesía o la novela.

6. El cuento debe sólo mostrar, no enseñar. De otro modo sería una moraleja.

7. El cuento admite todas las técnicas: diálogo, monólogo, narración pura y simple, epístola, informe, collage de textos ajenos, etc., siempre y cuando la historia no se diluya y pueda el lector reducirla a su expresión oral.

8. El cuento debe partir de situaciones en las que el o los personajes viven un conflicto que los obliga a tomar una decisión que pone en juego su destino.

9. En el cuento no debe haber tiempos muertos ni sobrar nada. Cada palabra es absolutamente imprescindible.

10. El cuento debe conducir necesaria, inexorablemente a un solo desenlace, por sorpresivo que sea. Si el lector no acepta el desenlace es que el cuento ha fallado.

“La observación de este decálogo, como es de suponer, no garantiza la escritura de un buen cuento. Lo más aconsejable es transgredirlo regularmente, como yo mismo lo he hecho. O aún algo mejor: inventar un nuevo decálogo”, JULIO RAMÓN RIBEYRO.


4 comentarios:

Saruki dijo...

Como mi naturaleza es imperfecta, me guiaré por éste decálogo en vez del anterior.

:D

Voy a empezar a maquinar mi próxima historia.

Nadies dijo...

Enhorabuen este decálogo, además que es "Made in Perú", se puede garantizar la libertad total.

Ribeyro siempre será el maestro peruano del cuento. Será muy difícil (¿o imposible?)que sea superado.

Helí dijo...

no creo que sea imposible, Ribeyro es genial pero, a mi parecer, el cuento peruano nunca ha sido realmente trabajado con afán más que por él... sobre el decálogo, como que son puntos que creo en el fondo cada uno ya sabe, como si estuviese implícito... yo prefiero la definición que hace cortázar en una entrevista que pusieron en un períodico: " Aunque parezca broma, un cuento es como andar en bicicleta, mientras se mantiene la velocidad el equilibrio es muy fácil, pero si se empieza a perder velocidad ahí te caes y un cuento que pierde velocidad al final, pues es un golpe para el autor y para el lector"

salu2 =), eso que he puesto de cortázar es parte de una entrevista que le hicieron sobre los cuentos...

Miguel Flores-Montúfar dijo...

Julio Ramón. Sartre se quejaba, bromeando, de que la gente tenía de él un 'prejuicio positivo': es decir, sin conocerlo, sin haberlo leído o escuchado, lo tomaba por muy inteligente y talentoso. Ese mismo prejuicio me genera cualquier lector confeso de Ribeyro.

Salud, con vinos y con quesos y aceitunas, como le hubiese gustado al Mudo. Y nada de canastas borrachas.

Gracias por la visita.

M