A veces entran unas ganas de ser un insurgente. Levantarse contra la autoridad, contra dios, contra mí.

Simples y pequeñas ganas de mofarse en la ira del doloroso y llorar junto al ladrón su mal robo.

Vanalidades de estudiante que cree saberlo todo y que lee pero no entiende, peor aún, no aplica lo leído.

Conatos de revolución, contestatarios calvos, melancólicos niños que juegan a dirigir masas.

Músicas de madres llorando, conjugaciones incorrectas, jeanes rasgados y zapatillas sucias.

Barbas crecidas, pedir la palabra en asamblea, jugar al orador, conveniencia…

 

A veces me entran unas ganas de ser un insurgente… felizmente que se van pronto.

1 comentarios:

Campoblanco Víctor dijo...

No te estaras refiriendo a mí no, jaja.
Subvertir el orden es la acción más conforme al orden que existe. Todo lo que conocemos en este momento Instituciones, Estados, religiones, canciones, ropa, helados, diamantes, mariposas, virgenes y mujeres rotas, complices y amantes, todo lo que conocemos ahora es producto de la insurgencia de la Historia, la realidad esta en constanste lucha, todo en el mundo tiene su contrario y es contrario de algo, ser insurgente es, como todas las categorías del mundo, relativa a una situación particular, los insurgentes del viejo orden se tornarán en protectores del orden nuevo naciente y así sucesivamente.
Ser conservador también es algo muy común en la Historia es el otro lado de la moneda en el conflicto universal del mundo, llegado el momento cada uno decidira el papel que quiere jugar en la Historia, en su insurgencia permanente o en su conservación relativa.
Unos embrujos para curarme y aliviarte:
¡Viva el movimiento estudiantil peruano!
¡Viva la dignidad de los seres humanos!
¡Viva la lucha constante por la vida!
¡Viva la liberación de los pueblos oprimidos!