Carta sombría de un frustrado escribidor a una mariposa liberada por sus plumas...


Vamos mujer, avanza rápido que el abril se nos va a pasar otra vez. Deja el libro de Brecht, su interpretación es nula; apoya tus manos en mi hombro y abrázame como no me gusta; cuéntame las culpas que me impondrán, los castigos que recibiré  por los sortilegios del clawn.

Silba la canción que nunca entendimos, lloremos juntos nuestras desgracias, las confusiones amorosas a las que nos sometieron. Únete a mi dictadura: allí tienes un lugar privilegiado. Preserva tu color de mujer salvaje, tu aliento pasional de poeta nocturna, tu amorío incivilizado, tus viajes del futuro, tus trenzas rojas con columpios para dos.

No mates todavía al amigo, al invierno, al abril.

Y te propondré de nuevo matar al dios, al santo del mediodía con sus cánticos profanos, al que nos rige desde arriba –o desde abajo, según la postura que mas ansíes-. Y te pediré que me aconsejes con el mejor regalo para ella, con las rubias del montón, con las creencias tan vulnerables. Vamos mujer, ponte la máscara que nos toca entrar y ellos esperan.

Déjame marcarte el placer en el brazo izquierdo y en el derecho la cordura. Permíteme señalarte el camino de regreso para cuando me abandones nuevamente. Acostúmbrate a verme más seguido, dispensa la melancolía que te contagié: se me escapó de la solapa.

Sonríe mientras puedas, búrlate de lo quebrado que estoy, de lo torturada que ha llegado a ser la rutina, de mi amigos Narcizo, Ego y Soledad.

Pero recuerda que alguna vez conversamos bajo el umbral de una iglesia, que una noche de lluvia dijimos querernos -como hermanos, como amigos y como amantes-, que me mandaste un mensaje diciendo que no abra el correo, que nos confesamos nuestros desamores, que nos gustaba la tonada de dame tan solo un tiempo más…”, que te contaba lo incierto que veía mi futuro, que los recreos era para criticar profesores, que se nos pasó la copa de los sueños, que sentí nuestra separación, que sentí aún más tus insultos, que extraño su inmadurez tardía, su madurez precoz.

Aún te debo la dedicatoria, la siguiente clase de lógica, el dinero y el cuento.

Aún me debes el poema que leí solo una vez, tu tonada de vos más alta y el tonto abrazo más largo que hayas dado.

También le debo la verdad.


Avanza mujer, que el abril se nos va a pasar otra vez...




9 comentarios:

Pablo Villanueva H. dijo...

Para ella: Carpe Diem

Helí dijo...

aún no mates abril, aún...

Allison Alcázar dijo...

has hecho que recuerde el pasado...

Gabriela Parra dijo...

Entonces debia ser recordado...

Anónimo dijo...

y desde cuando las mariposas tienen plumas?

***MIROMA ROIG*** dijo...

***MUY BONITA MARIPOSA LIBERADA***

Gabriela Parra dijo...

Ami...Las mariposas tienen plumas desde que un escribidor frustrado quiso que asi fuera.

Los escribidores solemos no tener limitaciones imaginativas, mientras expresemos lo que sentir...ser mas que suficiente.

Habra su mente a las cosas curiosas y siente.

Anónimo dijo...

Gabriela, en realidad me interesa desde cuando? pues ese dato podría ser útil para descubrir la fusión en las mariposas =). Es un poco interés biológico en la evolución de aquellas. jaja

Cesar Antonio Chumbiauca dijo...

Caramba, usted sí que da gusto con sus escritos, y a cada rato. Saludos.