Cada vez que está ebrio, él la insulta y la golpea cuanto puede y quiere. S* no muestra resistencia: se queda callada, apenada, con la mirada perdida en los labios de él: recibe los insultos, recibe los golpes y no dice nada. Pero cuando él le fuerza el jean –sin que la violencia de sus ataques haya reducido– y va introduciendo sus ponzoñosas manos bajo sus bragas, ella empieza a sentir ese pequeño ardor que tanto le gusta. Entonces le importa muy poco que lo hagan en el zaguán de alguna casa a medio construir o en ese parque de abundantes árboles que impregnan el paisaje de una lúgubre oscuridad y que a ellos, los oculta muy bien… no, no importa, basta con que lo hagan para que S* se sienta bien y espere –ansiosamente– el siguiente encuentro.
Martes 5AM
Hace 3 meses
5 comentarios:
AMOR CON ROCK
Un poco de rocas
para destruir
amar con violencia
brincar las cuerdas
sobre el abismo de las notas
un acorde
un delirante punteo
te odio
o te quiero
entre todos mis ruidos.
César Antonio
Difícil situación.
El amor es tan triste como los dolor y el placer que se siente luego de ese tipo de reconciliaciones.
Another violent episode of a mind related with pleasure, with pain:
http://poeticspasm.blogspot.com/2009/09/love-story.html
Reminds me a song of the Chili Peppers as well (don't know why): Taste the Pain.
Me recuerda a... En fin.
Oe —ya que quieres que te lo recuerde, señor amnésico— no te olvides para el lunes.
AZAÑA ORTEGA
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