Sodomías III


En aquella tarde veraniega en que la desvirgó, él le aseguró con tiernas frases y bajo abrazos protectores, que también era completamente novato en esos asuntos. Ambos harían el amor por primera vez: se entregarían en un dulce y apasionado juego de placeres, para perderse, para descubrirse, para que juntos disfruten del éxtasis de volverse uno solo… así la convenció.

Sin embargo, cuando semanas después de experimentado el hecho, él se ausentó sin decirle nada y no contestó a sus llamadas ni a sus mails, ella empezó a preocuparse. Más aún cuando alguien le contó haberlo visto muy entusiasmado caminando con una mujer de la mano. Pero ella insistió, lo buscó en donde dijo estudiar, llamó a sus amigos, a sus padres… ella buscaba explicaciones. Él respondió al poco tiempo con un grosero y miserable mail,

“no te entiendo…, no te das cuenta que ya no quiero verte? Me jode que me sigas buscando, llamando y todo eso […] ya deja de fastidiarme, estoy enamorado de otra mujer y quiero ser feliz, […] lo siento… “

Respondió insultándolo, le dijo que se había aprovechado de ella, que quién se creía para tratarla así, se puso mal, muy mal… en su desesperación llamó a los padres de él y les contó lo que le había hecho… pero él arremetió con un fuerte y humillante mensaje:

“…Tanto me buscas… además, no voy a perdonarte cómo me has hecho quedar con mi familia […] no quiero verte nunca más, nunca me gustó estar contigo y esa vez que tuvimos sexo (porque lo que hicimos fue sexo y no el amor, como ingenuamente crees) tampoco fue la gran cosa […] sabes q? no fue mi primera vez contigo, solo te usé y ni pude tirar bien, y sabes por q? porq mi verga bailaba en tu concha… jajaja parece que la tienes muy abierta… niñita idiota, aléjate de mí… deja de llamarme, estás obsesionada conmigo…“

Cuando me llamó llorando y me contó todo lo que había pasado y cómo se sentía por esa frase que la humilló, por este patán que jugó a amarla, yo solo atiné a decirle:

–Tranquila querida, el problema no eres tú… fue él, que la tiene muy pequeña.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Obvio. Demasiado obvio.

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Nada es obvio aquí, anónimo. Nada.

Anónimo dijo...

¿Y por qué salgo como anónimo?

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Yamily!!!
No sabía que usted era el anónimo...
(te habrás equivocado al colocar la cuenta de gmail ^^)
pero... ¿a qué te refieres con lo "obvio"?

Anónimo dijo...

Obvio el final. Sentí que esa frase sería la del cierre. Historia que se repite.

iii dijo...

Excelente aplicación de aquel floro barato usado comunmente para terminar relaciones.
Debemos hablar.
Cuídate!

Druida de noche dijo...

De esas historias se sale como se puede...

druida.

Oswaldo Bolo Varela dijo...

triple i:

No es un floro, es un mecanismo de huida, el excusado de las relaciones humanas, el sanitario de algo que te dijeron que era que que jamás fue. Sí, debemos hablar...

Druida:

De esas historias no se sale nunca...