"Cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo."


Sodomías IV



…esa noche hicieron cosas malas pero ricas…



Siempre le aburrió el método tradicional de lavarlo con abundante agua, enjabonarse el espumante entre las concavidades y frotarse fuertemente el orificio con esas manos ásperas, callosas, de macho salvaje. Todo este ritual con el fin de quitar cualquier rastro de excremento, semen reciente o el típico sudor que le producían los constantes encuentros (bien pagados, bien trabajados) con sus clientes.

Por todo ello y para más comodidad, optó por una solución efectiva. Fue una mezcla de ingenio, ahorro e higiene profunda, muy profunda.

Aunque sus colegas se lo habían recomendado, al inicio se sintió raro haciéndolo, pero luego fue tomando práctica y en poco tiempo se volvió todo un experto en la faena.

Tomó la costumbre de colocarse una botella de plástico en el ano –con agua hasta un poco más de la mitad– a modo de enema. Una vez bien introducida la botella, presionaba el plástico hasta que el ano succionara parte del agua (sí, la misma mecánica que una lavativa) y esperaba a que el líquido limpiador descendiera, luego de un recorrido interior, nuevamente a la botella.

Este proceso de succión/expulsión lo repetía de siete a trece veces (cuestiones de cábala, me aseguró luego), hasta sentir que el ingreso a sus intestino quedaba totalmente reluciente, libre de gérmenes y de residuos seminales. Luego continuaba con el trabajo.

Fue una lástima que este método lavativo no lo haya protegido del virus que poco después lo mató.

Mañana...


Tal vez mañana, cuando sueño menos tenga, cuando tan derrotadas no estén las ganas, cuando los sui suenen con más fuerza, cuando el calor no me haga delirar como cerdo, como caballo o como hombre, te escriba algo...

Por ahora...
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no hay por ahora....


Mujer que camina...


Desde que la guardé en el silencio, usted se quedó al lado de mi ausencia...





Mujer que camina

(Alejandro Filio)


No conforme con tus ojos
Te propongo menos cielo, más abrazo
Hace tiempo que te sueño
Y ya no se como explicárselo a estas manos

Que se rompe en el espacio
Cuando pasas simplemente caminando
Cuánta estrella llevas puesta en la silueta
Que me sigue deslumbrando

No es la noche ni el café
lo que me obliga a caminar por esta casa
Esta maldita incomprensión
Que no despega de tu cuerpo la mirada

Sigues siendo irremediable
Imprescindible para todo lo que estalla
Como luna irrepetible
Como viento entre las ramas

Mujer para el sol de mañana
Mujer hasta el borde del alba
Mujer que te pierdo y encuentro
Mujer para afuera, mujer para adentro

Mujer desafiando a los astros
Mujer que camina sin rastro
Mujer que me abrazas el alma
Mujer que me robas...
Mujer que me robas la calma

De tu boca tengo el sueño
Cada noche, cada luna solitaria
De tu pecho el medio sol al horizonte
Que se pierde, que se escapa

Sigo siendo para el fuego y el dolor
Para el miedo y el olvido
No me pidas que defina un corazón
Desatándote el vestido