Charlie Parker


"Me di cuenta que usando las notas agudas de los acordes como líneas melódicas, y usando correctamente la progresión armónica, podía tocar lo que escuchaba adentro mío. Entonces nací."
Charlie Parker

Dicen que la heroína y la ausencia de su hija lo mató. Dicen que su madre se negó a que tocara la tuba y le compró un saxo alto. Dicen que abandonó la escuela, la familia y la posibilidad de vivir tranquilamente -sin complicaciones- este breve tiempo que le había tocado transcurrir, solo para hacer música.

Sus solos de saxo representaron una novedad (vanguardia musical, innovación artística, sublevación de las "reglas" del jazz) frente a los convencionalismos sonoros de la época. Junto a dos o tres divinos más, crearon, fundaron, descubrieron el bebop. Pero este estilo establecido, que en sus inicios, provocó el total rechazo de la crítica, se impuso a lo largo del tiempo: improvisaciones que muchas veces parecen caóticas, arrítmicas; temática que revalora la negritud, la posición del hombre marginado; con influencias de lo afrocubano, con una estética fría, cortante y nerviosa.

Charlie Parker, Yardbrid, perteneció a toda una generación marginada. Se acompañó, caminó, anduvo, resistió junto a un grupo de expulsados, parias: los excluidos de la sociedad: poetas, gays, artistas, traficantes de drogas y chulos. Muchos se describían a sí mismos como beats, un diminutivo de 'beatitud', los benditos oprimidos de la sociedad; el Bebop tiene una estrecha relación con el movimiento literario estadounidense denominado Generación Beat.

Pero su bohemia, su adicción al alcohol, las drogas y al sexo; la pena de su hija muerta, la soledad, su saxo roto, sus falsos amigos que siempre creyó verdaderos, su rebeldía de negro esclavo, la indiferencia con que vivía su eterna pobreza, la intoxicación diaria, sus intentos de suicido, el colapso mental, su furia sonora, sus inquebrantables manos, sus inquebrantables manos, sus inquebrantables manos...

Dicen que murió una tarde de Invierno, que a su funeral fueron todos los grandes del jazz. Dicen, además, que tenía 35 años y que según el parte del médico forense -que dejó escrito que el cadáver era de un hombre que aparentaba 60 años- fue producto de una combinación entre neumonía, ulcera de estomago, cirrosis e infarto posterior.

Dicen también, que al día siguiente de su muerte, en todas las paredes de New York, y en los vagones de metro y en los baños de los clubes donde solía tocar, aparecieron grafitis e inscripciones que decían BIRD LIVES...

"Porque matan al hombre pero no a la idea". R.B.

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He aquí un fragmento de Cortázar, de uno de los más bellos libros que me ha trocado leer por estos tiempos. Evidentemente, la cita está referida (todo el cuento lo está) a Charlie Christopher Parker Jr.:

[...] Decidí seguir presentándolo como lo que era en el fondo: un pobre diablo de inteligencia apenas mediocre, dotado como tanto músico, tanto ajedrecista y tanto poeta del don de crear cosas estupendas sin tener la menor conciencia (a lo sumo un orgullo de boxeador que se sabe fuerte) de las dimensiones de su obra [...]

Julio Cortázar, EL PERSEGUIDOR



4 comentarios:

égona dijo...

dios terrenal y punto

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Divinamente humano, égona...

(dice la leyenda cortazariana que este hombre no podía tener un saxo propio: los rompía, los destrozaba, los dejaba tirados por allí, los olvidaba, los regalaba... al final, murió solo, sin un saxo que tocar)

MoiZés AZÄÑA dijo...

Murió antes de cumplir los 35 porque Dios quería un concierto privado. Murió habiendo vivido mucho más que gran cantidad de su generación y mucho más de lo que yo podría vivir así cumpla cien años, y seguirá viviendo cuando yo esté bajo tierra.

AZAÑA ORTEGA

PD: Tu libro te espera, mi cidí me extraña.

égona dijo...

cortázar también es un dios o mejor, un ángel, sí sí, me encantan las idas y venidas en el subte de charlie, yendo y viniendo porque sí..