Solo porque esta ciudad no es una utopía...





“Yo vi caminar por las calles de Lima

a hombres y mujer carcomidos por la neurosis…”

Enrique Verástegui


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De noche, Paseo Colón es un fino lienzo que retrata completamente a esta caótica y húmeda ciudad. Estas cinco cortas cuadras (que hace mucho dejaron de ser el decimonónico y distinguido paseo para convertirse en la recorrida, peligrosa y atiborrada calle limeña que conocemos hoy) expresan a cada uno de los individuos que transitan diariamente por este lugar.

Aquí todos se cofunden. Hombres y mujeres se mezclan entre la bulla del plomizo y tóxico tráfico. Las escuelas de chóferes, de oratoria y de instrucción pre-militar se imparten bajo la música entonada por las máquinas que remodelan –una vez más– las hoyosas pistas. Los viejos edificios que alguna vez alojaron a la selecta clase limeña y que hoy lucen empolvados y tapados groseramente por carteles políticos, sirven de posada pasajera para travestis y ladrones.

A la concurrida calle llega gente de todos los conos limeños. Algunos esperan el carro a casa, otros se detienen a observar las chucherías que se comercian en las aceras. Están los que ofrecen amor al paso y quienes lo consumen, estudiantes fumándose la vida, parejas que se proclaman afecto bajo la sombra de algún envejecido árbol, vendedores ambulantes, dateros, locutorios al paso, mendigos falsos y verdaderos. Aglomeración de gente.

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Esteban Hebaristo, La soledad del espejo...

2 comentarios:

Octavia dijo...

Sí,es real y tiene su encanto.

Oswaldo Bolo Varela dijo...

Por supuesto que sí... esta ciudades es real, atrayente y encantadora... sus estéticas-coifiure, sus hoteles desde 5 soles, sus vendedores ambulantes, sus cunas-nido-jardín, sus locutorios al paso... la evidencian...

Saludos!