Descreer (alegato de un cómico delirante a una surrealista con tendencias literarias)


"Envídienme: he vivido y ahora me voy a morir satisfecha…" 

De una conversación con Égona, en su máxima expresión nocturna…

***

Descreer. De la tórrida mañana que me levanta. De los nocturnos cigarrillos frente al monitor. Descreer de tus manos, de la música que poco tiempo atrás me invitó a redactar estas diatribas.

Descreer de la raza, de la lluvia que humedece esas lágrimas que me hiciste sentir, de ella y de él. Descreer de los caminos, del aire y del inexistente Dios. Descreer de mí.

Descreer cotidianamente de los colores que raya tu nombre, de tu existencia de negra mujer que se esconde bajo el surrealismo de Bretón, de Moro, ¿de Dalí?

Descreer de lo que aquí escribo, de estos tiempos sombríos, de los placeres que debo olvidar, de la tranquilidad con que debo afrontar esta época.

Descreer de las luchas, de las organizaciones, de la paz y de la guerra. Descreer -estúpidamente- de las manos que humedecieron tu coraza, de la saliva que penetró la otra noche tu concupiscencia.

Descreer de tu infidelidad, de tus besos con extraños, de la mirada perdida de la chica que no se pierde fácilmente. De tus poemas, de la sicodelia de Janis, de la esperanza del Fito, de la ira con que recibo tus cariñosos golpes.

Descreer, de la muerte, de la resurrección, de la infinitud de la historia, del socialismo salvador, del hombre menguante, del capitalismo atroz. Descreer.

De ese pedacito de pan que nos comemos a escondidas (si nos descubren, nos lo quitan), de esos lápices que solo escriben elogios al monstruo, de esas voces que solo entonan libaciones, más no gritan y proclaman libertades.

De mi guitarra sin cuerdas, de mi flauta desafinada, de esa zampoña que jamás aprendí a tocar, de mis pelos desgreñados, de mi sexo, de mi piel. De mi alma, de la ética que vendí a buen precio, del alimento que siempre desecho, de los concejos de él, de las frases cariñosas de ella.

De las enseñanzas, de las putas que te enseñan a sobrevivir, del licor que me enardece el espíritu, del tabaco barato que ilumina mis penas. De las reformas, de las mujeres, del amor, del estudio, de uno mismo.

De ti, de mí, de nosotros. Descreer, descreer… y no creer.


2 comentarios:

égona dijo...

DESCREER DE MI SEXO, DE MI PIEL, ay ya me siento inspirada jaja

la conversa estuvo buena pero me quedé JATA en el teclado y con naúseas, quería vomitar mi vida, serio

égona dijo...

gracias hombre
me has inspirado carajo¡¡
tengo que escribir algo en mi cuerpo